sábado, 26 de enero de 2013

Barrios bajos


No sé si es porque amé
sin planes ni proyectos
o tal vez porque nunca supe amar,
el caso es que esta noche
de trémulas estrellas y grillos melancólicos,
vuelvo a sentir la fría puñalada
de la más espantosa soledad.

Y me empeño en buscar
por todos los rincones de esta memoria mía
llena de telarañas,
tus ojitos de almendra,ya perdidos
en la bruma del tiempo.

Y te busco sin tregua
en todas las miradas que me voy encontrando
por los barrios más bajos
de esta ciudad sin alma.
Y busco como un necio
tu sonrisa hechicera
en todas las sonrisas
o aquella expresión dulce,tan cándida,tan tuya
que siempre me dejabas
cuando decías adiós.

Y no encuentro ni un gesto,ni un mensaje,
ni una triste señal de tu existencia.
Sólo el cálido abrazo 
del alcohol con mi sangre enamorada,
me ayuda a respirar,
me ayuda a soportar
el dolor ya perenne de tu pérfida ausencia.

sábado, 19 de enero de 2013

...y llovía,llovía.






Cae serena la lluvia...

Cabecita inclinada,
firme el paso,
avanzando segura hacia sus labios,
brasas rojas
de tanto esperar tanto...

De pronto,el aguacero.

Tu pelo, negro sueño
ahogado tras un mundo
de horas ante el espejo.
¿Qué pensará si llego
así ante sus ojos
abiertos al deseo?

Tras la esquina,el bazar.

La lluvia,puro río
que cae desde el cielo.
Tus muslos, salpicados
de barro, de impaciencia...
Y el corazón,un tren
ardiente y desbocado.

Salen a toda prisa,

con ansias de borrar
un trazo mal escrito.
Buscan la lluvia amiga
que esconda su delito.

Ella se extraña,intuye.

Presiente un giro extraño
para el final del día.
Su amor,su bien amado,
yace sobre las losas
-una mancha carmín
sobre su pecho helado-

Esa noche la lluvia
se paró de repente,
la bebiste de un trago...

Esa noche,tus lágrimas,

inundaron la tierra,
ajaron los sembrados.

Cada vez que recuerdas,

-que es a todas horas
que es todos los días-,
recuerdas que hacía frío,
que el cielo estaba negro
y llovía,llovía...







.

sábado, 12 de enero de 2013

Elegía por la juventud








Esta tristeza de abril
no es sino el precio pagado
al dios de la juventud:
abriles no aprovechados
se tornaron en quietud.
No cumplí las condiciones
y los jóvenes cantores
del delirio del amor,
bien cantaron sus canciones;
yo, no tuve corazón.

Mi cuerpo es sólo la urna
de un pensar sofisticado
y de un corazón extraño.
¡Se resigna, se estremece,
se vuelve furioso a veces,
tenso si el alma lo guarda...!
Yo y mi cuerpo la queremos
Y deberíamos odiarla.

Alma y voluntad sois una,
¿dónde fue mi voluntad?
Dentro morará apresada.
Alma y corazón sois uno,
¿por qué corazón inerte
no salvas mi voluntad?
Voluntad y corazón…
¡falta me hacéis para el alma!

 ¡Llora cuerpo!
Mientras lloras,
las ideas no trabajadas
tratarán de ser sumisas.
Se ordenarán, se dirán y me dirán:
“Allá abajo, en las entrañas,
enferma la trilogía.
Corazón, voluntad, alma,
este y este son remedios.
Yo, pensando los he hallado.
Uníos y mirad la carne,
como tiembla, como gime…”

Tú me lo agradecerás,
cuerpo mío, bello o feo,
si algún día resucitas
de tu muerte.

  




martes, 8 de enero de 2013

ROMANCE DE CARMENCITA LA CUBANA ( y II )




               -II-


Ha pasado mucho tiempo,
pero Carmen no lo olvida.
Ella sigue enamorada
y está segura que un día,
desde el malecón del puerto,
verá llegar un velero
con velas blancas al viento
y en él vendrá su marino,
y se casará con ella
y le dará muchos hijos…
Y cada tarde de estío,
cogiditos de la mano,
volverán a ver las olas,
y a besarse tiernamente
sobre el mar embravecido,
y ya nunca más se irá..

Carmen se seca las lágrimas
y allá sigue caminando
caminito del mercado,
como hace cada mañana.
Tiene que apurar el paso,
sus amigos están solos
esperando la pitanza:
cuatro gatos malcriados.
tres perrillos juguetones
y una cotorra con asma.
Y ella,que de esperar sabe,
no quiere que nadie sufra
lo que ella tiene sufrido.

¡Carmencita,buenos días!
¡Corre,que el mercado cierra!
¡Qué guapas vas,Carmencita!

Y,sonriente y coqueta,
vuelve a casa con las viandas
y reparte la comida
entre los animalillos
que son toda su familia…

A la tarde volverá
a ver romperse las olas
y,¿quién sabe?,
puede que hoy sea el día;
puede que por la bahía
se vea venir un velero
y sobre el puente de mando
venga,exhultante,cantando,
su valiente marinero.
Y ,si no es hoy,otro día.
Ella seguirá esperando
cual Penélope paciente,
porque sabe que en la espera
está su única esperanza
y el sentido de su vida…

Mas una tarde sombría,
como aquella en que él partió,
Carmen no fue a ver las olas;
y a la mañana siguiente,
Carmen no subió al mercado;
y pasaron varios días
y sus vecinos decían:

¿Dónde estará Carmencita?
¿Se habrá ido de La Habana?
¿Habrá tomado un velero
para buscar a su amor?

Con gemidos lastimeros,
los perrillos recibieron
a los vecinos que entraron
en su palacio de reina.
Los gatitos maullaban
débilmente ya,sin fuerzas
y la cotorra tenía
su cabeza inerte y fría
sobre el suelo de la jaula…
Y allí estaba Carmencita,
sentadita en su sillón
con una sonrisa alegre
en sus labios muy pintados;
con una expresión serena
 en su cara relavada
y con un clavel chillón
en su pelo repeinado.
Estaba claro,había muerto
pensando en su marinero.

Y…¿quién podría negar
que esa sonrisa serena
no era porque,al final,
tras muchos años de espera,
lo encontró en el más allá?
Nadie lo puede saber.
Pero si algún caso hubiera
de llegar al más allá
y encontrar a los amores
perdidos en esta tierra,
nadie tendría más derecho
a encontrarse con su amor,
que la pobre  Carmencita,
porque…¡VAYA SI ESPERÓ!

sábado, 5 de enero de 2013

ROMANCE DE CARMENCITA LA CUBANA ( I )


            


             -I-

Es la reina de su casa.
Cada mañana,en su reino,
organiza sus estados
y pasa lista a sus súbditos:
cuatro gatos malcriados,
tres perrillos juguetones
y una cotorra con asma,
que hace tiempo que no habla.
A todos los alimenta
con recortes de carnaza
que recoge en el mercado.

Ya tarde,sale a la calle
con el pelo repeinado,
con la cara relavada
y los labios muy pintados.
Todo el mundo la saluda:
¡Carmencita,buenos días!
¿Dónde vas tan de mañana?
¡Qué guapas vas ,Carmencita!

Y ella,sonriente y coqueta,
disfruta por tanta fama.
Se siente guapa y querida
y a ella,con eso le basta.

En la cuesta del mercado,
Carmencita va cansada.
Y se para en una esquina
y sueña-ojitos en blanco-
con aquel amor de antaño –
¡hace tanto tiempo ya!-.
¡El gran amor de su vida!

 Él era fornido y guapo.
Bohemio de noches largas,
amigo de cerrar tascas
y de cantar a la luna
cuando ya estaban cerradas.
Se conocieron en Anclas,
un café decente y limpio
junto al puerto de La Habana.
Él,moreno y bronceado
de tanto navegar mares.
Ella,menuda y delgada,
con la cintura muy fina
y una carita de niña
inocente y sonrosada.
  
En los dos meses que estuvo
de permiso por La Habana,
se hicieron inseparables.
Cada tarde la llevaba
a ver romperse las olas
contra los acantilados
del otro lado del puerto.
Y,cuando la espuma blanca
se rompía en mil pedazos,
Carmencito,emocionada,
se agarraba a su cintura
y él, ,temblaba…
al sentir su aliento fresco
sobre su boca reseca;
al sentir sus senos tersos
sobre su cuerpo sediento
de perfumes y caricias.
Y la besaba en los labios.
Y ella lo dejaba hacer,
porque estaba enamorada…

 Mas,una tarde sombría,
de finales del verano,
se le vino el mundo encima.
Él le dijo que partía.
Que su barco abandonaba
La Habana al amanecer
y que no la olvidaría.
 Y Carmen le suplicó
que no se fuera.
Que se quedara con ella,
que la Habana era muy bella
y que ella lo cuidaría…

Y él le dijo,muy bajito:
”Carmen,mi vida,te quiero;
y jamás te olvidaré,
pero yo soy  marinero
y si no salgo a la mar,
de tristeza yo me muero.
Ya,muy pronto volveré
a tu lado nuevamente.
Espérame donde el mar
se rompe en espuma blanca
y,una tarde como esta,
cuando menos te lo esperes,
regresaré con mi barco
y ya no me iré jamás…”

Y se fue al amanecer
dejándola junto al muelle
con el alma destrozada.

Y cada tarde acudía
al acantilado,sola,
por ver romperse las olas
en trozos de espuma blanca.
Y así un día y otro día,
y así un año y otro año,
pero él nunca volvía…

             (Continuará,lo siento...jejeje)