lunes, 25 de mayo de 2015

Es mayo, que se va.




Con un grito de luz estalla la mañana.

Por entre los parterres florecidos,
sobre una pasarela imaginaria,
se afanan las inquietas mariposas
en lucir sus modelos primavera-verano
de temporada alta.
Y al desfilar, se ríen
con risas de colores cuando mueven
sus delicadas alas.

Hay nubes blanquecinas por poniente.
El aire huele a rosas,
a jazmín, a lavanda.

Es mayo, que se va
con su cara radiante de tanta lozanía.
Lo dicen los jardines.
Lo confirman los parques,
las plazas, las glorietas,
las amplias avenidas.

Y mientras, la ciudad
despierta y se arrebola,
se despereza al sol,
se relaja y respira
el aire transparente de este mayo travieso
que se aleja sin prisas.

Se viste de colores la mañana
y se llena de vida.

(Por entre aquellas nubes de poniente
 que coronan la sierra,
 se acerca cabalgando la esperanza...)

                            mayo-2013 (Reedición)


(Me acordé de este poema este lunes tan especial de resaca electoral: mayo se va, ¿volverá la esperanza?)