sábado, 17 de diciembre de 2016

Peregrino


                     


Esta baldía soledad poblada
que aletarga el batir de mi aleteo,
este vagar sin ir, este paseo
por la orilla de un alma atormentada,

me dicen que, de todo, apenas nada
paró en dogma de aquello en lo que creo,
en tesoro de aquello que poseo
o en sueño placentero en mi almohada.

Y es que viví cual ciego peregrino
poniendo en mi viajar todo el empeño
por afrontar el rol de mi “destino”

y  me dejé olvidado tanto sueño,
tanta canción de amor por el camino,
que hoy apenas de nada soy ya dueño.

                                                    Soneto LXIV-2016