sábado, 6 de agosto de 2016

Fragancias






A veces dudo si besé tus labios
y sé que los besé porque aún conservo
ese dulzor de eterna madrugada
entre estos labios míos ya desiertos.

A veces dudo si abracé tu cuerpo
y sé que lo abracé porque aún siento
que se abrasa mi piel cuando a la tarde
salgo a gritar tu nombre contra el viento.

Te amé, sé que te amé, aunque no pueda
decírtelo a la cara noblemente:
dejé que te marcharas, corza herida,
y tu adiós me dejó herido de muerte.

En noches como esta, cuando el aire
me regala fragancias ya olvidadas,
regresa a mi memoria aquel perfume
que exhalaba tu piel cuando me amabas.