lunes, 13 de agosto de 2018

Heterodoxo


Tal vez no todo sea tan sencillo
en este mundo nuestro de amantes "satisfechos"
y, bajo la obviedad de la simpleza,
nos espere dormido cualquier duende sin alma
de esos que juguetean con el destino
de los simples mortales
que creen que el amor consiste en copular
una vez por semana
homologando amor con subsistencia.

Quizás lo que hoy es luz intensa y fascinante,
se vuelva oscuridad
cualquier sábado de estos
y entonces, esos equilibrados besos nuestros,
tan tuyos y tan míos,
sin otra opción posible,
se pierdan río abajo de la vida
en busca de otras bocas más ardientes.

O quien sabe, quizás
cualquier tarde de estío,
de esas que se eternizan bajo un sol sofocante,
nos sumerjamos sin apenas quererlo
en unos ojos grandes y serenos
de promesas azules,
tan solo por nadar en otras aguas
menos mansas,
más frescas y excitantes.

Y es que el amor perfecto es utopía
instalada en los yermos corazones
para huir de la negra soledad.
Amar, sí, con el alma en cada encuentro,
pero siempre pensando que a este mundo
si hay algo que lo viste de colores
es su cautivadora variedad.