jueves, 3 de noviembre de 2016

Romance de la noche negra (Homenaje a Lorca)

                  
Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada,1898-Viznar, Granada-1936

La fuerza de su poesía me animó siempre a escribir de forma auténtica y ,sobre todo, a escribir con el corazón, como lo hizo él .Sirva este pequeño homenaje para agradecer su generosa entrega a la poesía y al teatro durante toda su corta vida.


Romance de la noche negra.


Se oyen coplas escondidas 
en la noche de Granada.


”El corazón que tenía en la escuela 
donde estuvo pintada la cartilla primera,
¿está en ti, noche negra?” 


Coplas en la madrugada 
sobre cuerdas de guitarra.
Misterio, duende y pasión.
Y a la sierra de Granada,
se le enciende el corazón.

La copla vuelve a sonar…

”Pasaron cuatro jinetes 
sobre jacas andaluzas 
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras” 


¡Que ya vienen! ¡Que ya vienen! 
¡Traen el odio en sus miradas! 
¡Que están llamando a la puerta! 
¡Que ya tu suerte está echada! 

Voces roncas por el llanto…

”Y a las nueve de la noche 
lo llevan al calabozo 
mientras los guardias civiles 
beben limonada todos” 

Agarrado a los barrotes 
de una celda oscura y fría,
vas repartiendo tus versos 
de vida por los caminos.
Una luna blanca y seria 
te mira desde lo alto 
y llora por tu destino.

Lamentos de soledad…


”Era madrugada. Nadie 
pudo asomarse a sus ojos 
abiertos al duro aire” 



Bajo la luna de plata 
y entre los olivos verdes,
solloza la madrugada.
¡Ya te llevan, Federico,
por los caminos desiertos 
hacia la noche olvidada.
Y hasta los juncos del río
lloran lágrimas amargas 
que les regala el rocío. 

¡Ay, que se lo llevan, madre! 


“Cuando las estrellas clavan 
rejones al agua gris…
voces de muerte sonaron 
cerca del Guadalquivir” 


Escudos de yugo y flechas 
sobre camisas azules;
corazones prisioneros 
por el odio y la ignorancia,
apuntaron sus fusiles.
Una descarga cerrada 
resonó en la madrugada. 

La copla llorando va…

“Ay, qué camino tan largo!
¡Ay, mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera 
antes de llegar a Córdoba!”
 


Cuatro cuerpos inocentes 
besaban la tierra inerte 
sin saber por qué morían.
Las estrellas se encendían 
por el lado de poniente. 

¡Ay, triste noche sombría! 
Hoy, bajo la luna fría,
han dado muerte al poeta
pero vida a su poesía. 

            marzo-2011 (Reedición)