domingo, 28 de febrero de 2016

Pájaro en la niebla





Pájaro en la niebla es el corazón
que vuela perdido siguiendo un camino
vacío de amor.

Es pájaro herido que no siente nada
que agoniza preso en su jaula oxidada
porque nunca amó.

Su existencia es lágrima perdida en la lluvia,
es llanto perenne, queja interminable,
trágica canción.

Su loco latir se rindió a un futuro
vacío de ternura,de magia,de besos
¡triste corazón!

Para él el mundo es páramo helado
bajo el que se ocultan los campos de flores
que él mismo enterró

Es un peregrino tras un falso sueño

un ser embrujado por un dios de barro:
su propia ambición.

El hombre en su torpe visión de la vida,
creyendo que era una carga insufrible,
despreció el amor.

Solo era un estorbo para su progreso
y lo desterró de sus planes secretos
para ser más libre, más rico, más hombre…
...¡y se equivocó!

                         

viernes, 19 de febrero de 2016

Mientras te espero





Mientras te espero, sueño que has llegado
y si no llegas, pienso que te has ido
lejos de mí, volando hacia el olvido
y que de nuevo  solo me has dejado.

Pero si al fin regresas a mi lado,
se me antoja que el tiempo transcurrido
mientras yo te esperaba sólo ha sido
un instante fugaz, un sueño alado.

Y es que si estás, me vuelvo un temerario
capaz de disputar la Tierra entera
al rival más feroz y sanguinario.

Pero sin ti, soy  un  muerto que espera,
al igual que aquel olmo centenario,
otro feliz milagro en  primavera.


sábado, 6 de febrero de 2016

En busca del tiempo perdido


Hay mañanas en que me despierto cansado de soñar con aquellos días que se me fueron para siempre como agua entre los dedos y vacíos de contenido. Fueron días que, probablemente, comenzaron con ilusión, con esperanza. Días probables que, a medida que avanzaban, se iban transformando en días posibles para terminar siendo días-fracaso. Fueron esos días que se desvanecieron en el tiempo con mucha más pena que gloria. Esos mismos días que ahora, al cabo de los años, vuelven a mi memoria exigiéndome una explicación razonable. Pero no tengo ninguna. Tan solo la impotencia de entender, precisamente ahora, que malgastar los días que uno vive en lamentarnos continuamente de todo no es algo que salga gratis como creía entonces.. Porque con el tiempo vuelven los recuerdos para arañar la conciencia pidiendo explicaciones. Porque los días vacíos no duermen el sueño de los justos sino que, como almas en pena, se quedan por toda la eternidad vagando en el éter de un universo negro de negros nubarrones para al fin, volver a ti cargados de rencor.

Daría cualquier cosa por volver atrás a rescatarlos de su horrible destino, a llenarlos de alegría, de vida…de sentido. Porque no llenar cada hora que vivimos de contenido, es algo imperdonable. Y tarde o temprano, los dioses de la vida volverán para castigarnos por nuestra irresponsable dejadez, por nuestra fría indolencia.

¡Quedó atrás tanto sueño por cumplir, tanto proyecto sin echar a andar, tanto papel mojado! ¡Quedó atrás tanto amor escondido, tanto abrazo reprimido, tantos besos dormidos, que maldices no haber sido capaz de entenderlo entonces, de intuir su importancia. Y terminas por casi renegar de todos los momentos felices de la vida porque te faltó uno. Así somos, como aquel padre que llenó de prebendas al hijo pródigo y se olvidó del fiel, del que estuvo siempre a su lado.

Ahora, sólo queda el consuelo de que no soy el único en sentir el peso de ese tiempo perdido. Que hay otros que, al igual que yo, ya lo sintieron antes. Como Marcel Proust cuando escribió su extensa obra que tituló sin ambages ni disimulos “En busca del tiempo perdido”. Al menos, leyendo su magnífica obra, uno se siente menos impotente en el fallido intento de querer recuperar todos esos días tan alegremente malgastados.Os invito a leerla.



http://ramiropinto.es/escritos-literarios/ensayos/un-escritor/escrito-es/sinopsis-proust/