jueves, 27 de febrero de 2025

Quisiera

 

                          LXIV

Quisiera ser el viento que acaricia

tu cuerpo a la caída de la tarde,

quisiera ser el fuego que en ti arde

y sonroja tu piel, suave delicia.


Ser agua en manantial, fuente propicia

que riegue tu tristeza, que resguarde

tu hermosa juventud y que retarde

mil años tu vejez, negra injusticia.


Quisiera ser el río que se lleve

tus lágrimas amargas hasta el mar

y ahogarlas para siempre en lo profundo.


El vórtice perfecto que te eleve

hasta un cielo infinito donde amar

fuese la religión de nuestro mundo.