El beso - Auguste Rodin (1840-1917)
Ni siquiera cuando la risa fluye en cada encuentro cual súbita corriente diáfana y cantarina naciendo desde el centro mismo de la dicha más noble y más auténtica, ni tan siquiera entonces, se le puede llamar amor. Miradas y caricias fortuitas son más vuelos rasantes de palomas que afán de transmitir los sentimientos. Si escondes en tu manga cualquier carta frente a quien te deslumbra con su risa esa primera vez. Si al hablarle de amor te hablas por dentro con un razonamiento paralelo buscando lo mejor para tu ego, estás asesinando la magia del encuentro, la esencia del amor. De un amor que debiera ser siempre franco y noble, sin trabas, sin barreras ni torpes aranceles.
Mirar, reír, bailar, abrazar o besar tibiamente no será suficiente. Se trata de gritar, hasta sentirte enloquecer en medio de las grises multitudes, que quisieras morir sólo de amor, sin otros argumentos ni razones. Mejor no descansar de pronunciar su nombre, ni un solo instante al día. No dar tregua a sus ojos en los tuyos ni siquiera en la noche. Se trata de vivir muriendo por sus besos y, al besar, dejarte el alma prendida de su boca. De amar sin planes de futuro, sin sombras de pasado. Amar, amar, amar sin condiciones. Aunque con ello estés hipotecando tu paz interior en un futuro incierto. Aún sabiendo que puede que mañana te dejen con el alma rota y al relente, tiritando de frío y soledad bajo las estrellas burlonas del verano
No importa. Lo sentido al amar de esa manera todo lo compensa. Porque todo lo que venga después será solo un intento de revivir aquello. Solo una mala copia de aquel fuego en el cuerpo ante su cuerpo. Un intentar volver inútilmente a sentirse inmortal ante los otros.
Sólo amando así aprenderás a diferenciar –como aquellos “locos” románticos del siglo XIX - entre el estar y el ser frente al amor, entre el simple existir como mero espectador ante él y el vivirlo plenamente en cada mirada, en cada caricia, en cada suspiro. Solo así podrás descubrir que lo que de verdad importa, lo esencial en la vida, es el amor. Nada más que el amor.
¡¡Waww...!!
ResponderEliminarQue belleza, te diria que es un ensayo profundo sobre el amor. Sobre lo que se siente en cuerpo y alma ante ese sentimiento que puede llegar a cambiarnos la vida.
Saludos.
Hola Mª Rosa. Bueno, no fue mi intención hacer un ensayo sobre el amor,eso sería bastante más largo y exhaustivo. Simplemente he intentado exponer una situación muy común -más de lo que creemos- y es la del fracaso del amor por falta de fe en él o por exceso de egoísmo en una de las partes o en las dos,teniendo en cuenta que aquellos escritores y artistas de todo tipo del siglo XIX ya nos dejaron demostrado que el amor es el sentimiento más importante que puede tener el ser humano y que hay que tratarlo como tal.
EliminarGracias por tu visita.
Un abrazo.
Aquellos bellos tiempos donde el amor significaba mucho y se valoraba. El amor es el motor que mueve el mundo pero en estos tiempos el amor ya no es como antes. Saludos amigo.
ResponderEliminarAsí es Sandra,es el motor que mueve el mundo y se nota que ya no es como antes por lo mal que le va a este mundo en los últimos tiempos. Gracias por tu lectura y opinión.
EliminarUn abrazo
Encuentro muy certera, y determinada, tu exposición sobre ese amor del XIX que..., precisamente en base a tu análisis, no tengo muy claro si sigue vigente hoy en día. En base a valores, momentos, realidades, en los que se encuentra inmersa mucha gente.
ResponderEliminarNo voy a señalar causas, que todos conocemos. Las hay para todos los gustos. desde las asumidas y "ayudadas" a crear, "la modernidad sin cabeza", hasta las impuestas de última hora...
Y aunque poco tiene que ver con el tema que planteas..., hay como un algo que sobrevuela las conciencias/mentes de algunos. No muchos, la verdad.
¿Es consecuencia, más allá del murciélago chino y el pangolín, la "peste" que envuelve a toda la humanidad?
¿Es consecuencia de la ausencia de "románticos" como los del XIX?
¿Será, esta pandemia, consecuencia de la "contaminación" moral y ética que parece prevalecer en las sociedades? ¿De la ausencia de un amor como el que describes?
No sé si casan mis palabras con la realidad de las tuyas, pero así han surgido al leerte.
Gran abrazo Joaquín. Poeta de todos los tiempos!
Hola Ernesto. Mi entrada va de que en el amor,como en casi todo en la vida,no valen medias tintas ni paños calientes y sí una entrega total. Descubrir el amor por primera vez es algo que no solemos valorar en la importancia que tiene para nuestras vidas, tal vez porque nos pilla en una edad en que nos queda mucho camino por delante todavía y debido a eso o a otras circunstancias ligadas con eso,solemos perderlo. Luego lo lamentaremos el resto de nuestras vidas,incluso en el caso de haberte enamorado de nuevo porque nunca será como la primera vez.
EliminarEs curiosos que la lectura de esta entrada te halla traído al presente y a los problemas que nos atañen en al actualidad. Yo no le veo relación,el hecho de amar así,como lo hacían los románticos,no nos hubiera librado del virus. La prueba está en que ellos solían morir jóvenes y casi todos de tuberculosis,la plaga del XIX. Pero amando como ellos,eso sí,la muerte sería más dulce, ¿no crees?
Gracias por tu lectura y comentario,siempre aportando luz a mis desvaríos literarios :)
Un abrazo,amigo.
Joaquín, como bien dices, cuando se emplea la lógica y el razonamiento el amor desaparece, porque surge la duda, la desconfianza y hasta la ironía...El amor es puro sentimiento y cuando se entrega el alma en ello, entramos en otra dimensión, es cierto...Al amor hay que darle amor, como hacía Bécquer en sus letras, inolvidable romántico.
ResponderEliminarMi abrazo admirado por la claridad y belleza de tu post, Joaquín.
Así es Mª Jesús,esa es la idea que he querido transmitir. Es cierto que es otra época y que ya no estamos para mucho romanticismo en ciertas cuestiones,pero no es el caso del amor,en ese terreno deberíamos seguir siendo tan románticos o más que ellos.
EliminarGracias por dejar tu huella.
La grandeza del amor.
ResponderEliminarAsí es. Preciosas letras.
Un abrazo.
Gracias Amalia. En efecto,el amor nos hace grandes.
EliminarUn abrazo par ti también.
Te has quedado en el pasado de tus bellos poemas
ResponderEliminarMI vida ha cambiado
un abrazo cuidate
EliminarMe alegro de que tu vida haya cambiado,espero que para bien.
Escribo porque me gusta la poesía,lo cual no quiere decir que mi vida sea como mis poemas.Y desde luego,tú no tienes ni idea de como es porque no me conoces.Es muy arriesgado afirmar algo como lo que has afirmado sobre mi persona basándote solo en lo que escribo,¿no crees?.
Cuídate tú también.
Joaquín, que bonito expresas lo que el tiempo nunca cambiará...
ResponderEliminarUn cálido abrazo.
Muchas gracias Julieta. Un abrazo
Eliminarsiempre habrán románticos , no importa si fue ayer hoy o en mil años más, el amor es inmortal , el amor es para siempre :)
ResponderEliminarabracitos colorinches :)
Siempre los habrá y ojalá fuéramos legión, Elisa. Creo que este mundo sería un poco mejor habitado por románticos que habitado por ejecutivos y políticos arribistas enfermos de dinero y de poder.
EliminarGracias por pasarte.
Abracitos abrileños.
La exaltación del amor, como aquellos románticos del siglo XIX, a veces exagerada e intensa, pero siempre Amor.
ResponderEliminarJoaquín, qué bien lo has dicho: Amar, amar, amar sin condiciones.
Solo eso: amar.
Abrazos.
Qué bella pieza literaria, que entre la prosa poética, ensaya a extraer las entrañas del amor, dejándolo ver en su pureza marmólea de un Rodín, que en el beso sumaria el amor. Un abrazo. carlos
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