Ese
lucero inquieto y encendido no
para de mirarme fijamente con su
único ojo de cristal. Allá
está suspendido sobre el viejo, sucio
y destartalado campanario de la
muy sacrosanta catedral. No
para de mirarme mientras baila la
danza más absurda y persistente que
haya visto jamás. Es
como un ojo abierto en la espesura de un
cielo negro de absorber toxinas desde
hace un siglo ya. Es el
ojo del dios atormentado que
adoraban los celtas en las noches de
estío con plenilunio. Ha
vuelto para atar nuestras locuras a los
troncos sagrados de los robles, símbolos
de pureza y de razón. Pero,
¡es tan tarde ya para temores ante
fuerzas divinas y ancestrales! ¡Hemos crecido tanto en impiedad! ¡Hemos
asesinado tantas veces al
dios particular de cada uno con nuestra
incontenible vanidad! Y sé
que volveremos a matarlo las
veces que haga falta con
tal de apoderarnos de su altar.
Y es
que aunque nos creamos semidioses, sólo
somos humanos, pobres sabios, engreídos
y enfermos de maldad. Seres
libres decimos sin sonrojo mientras
nos amarramos a lo absurdo traicionando
la propia voluntad. Y al
fin nos erigimos entre vítores en
nuestros propios dioses por
toda una fugaz eternidad. Mientras,
ella, nuestra madre La Tierra, sonríe
resignada ante tanta soberbia esperando
paciente nuestra vuelta a la simple
y feliz normalidad. No acertamos a ver y a comprender, que si
hay alguien que ha vencido a la muerte, es
ella, la eterna y bella Gaia, la
madre Tierra que un día nos matará.
Noooo mi querido JOAQUÍN, La Naturaleza nunca nos va a matar, tu generosidad es infinita, seguramente lo hagamos nosotros. No, seguramente no, ya lo estamos haciendo y lejos de ser conscientes de ello, recapacitar y dejar de estropear y guarrear este mundo, ahí seguimos haciendo salvajadas un día sí y otro tb, quizá ese lucero que brilla sobre la preciosa catedral de Santiago nos ilumine antes de que no haya solución, porque aun hay esperanza si quisiéramos ponernos manos a la obra, lo malo es que ni gobiernos, ni gente en general estamos por la labor. Me ha encantado tu precioso poema, como siempre un placer verte aparecer otra vez, como ese lucero en la noche… para ti estrellada, nada de negra ; )
Cierto María,seguramente lo hagamos nosotros con nuestra torpeza y ambición pero será la Tierra la que,al volverse inhabitable, nos mate indirectamente,algo así como: "Yo no quería pero..." La cuestión es que vamos derechos a la extinción que tardará más o menos pero será inevitable y no es que lo diga yo,voces más autorizadas que la mía también lo presienten. Gracias siempre por acudir rauda a mis distantes entradas,sigo en modo supervivencia.
Maestro, solo una pluma como la suya es capaz de la vista nocturna de un lucero tras un viejo campanario, entrar con sus versos en la especulación y divagación sobre la vida y la existencia, y la vileza del hombre envenenando con sus tóxicos la tierra y la biosfera. Claro que tal petulancia de quienes se asumen dioses, traerá sus letales resultas sobre nuestra amada GAIA. Un abrazo. Carlos
Gracias Carlos por ser siempre tan generoso al comentar mis ocurrencias. Es cierto,nuestra vanidad infinita se volverá algún día (ya ha comenzado) en contra nuestra. Y lo peor es que no tenemos intención de cambiar nuestras dañinas costumbres. Fuerte abrazo
Ojalá volvamos a esa simple y feliz normalidad y la madre Tierra tenga la paciencia de esperarnos. El poema es maravilloso, Joaquín, como siempre. Un beso.
Antes que comente tu magnífico poema estimado Joaquín, decirte que la fotografía es simplemente maravillosa. Un acierto en su contenido, forma y colorido. Ese lucero poeta, ha brillado desde tiempos ancestrales y ha estado allí para intentar que el ser humano comprenda la belleza y la verdad de la vida y del universo, pero no. Persistimos y nos empeñamos en más atrocidades, muertes y vejámenes . Es como si el hombre hubiese extraviado las estrellas, el rumbo de las cosas. Y ella, la madre tierra, Gaia. Resiste, resiste y, como toda madre intenta a veces a través de sus embates climáticos hacernos comprender, pero la humanidad no reacciona y ella como madre. Sigue allí. Tolerando, aguantando, porque una madre nació para permanecer allí siempre, a pesar de todo, a pesar de la humanidad toda. Felicito tu poema querido Joaquín. Usted escribe con el alma.
Gracias Tatiana por tu ampatía y tu entusiasmo al comentar mis ocurrencias. Lo cierto es que ,si no escribimos con el alma, mejor es no hacerlo. Y es muy cierto que si miráramos más hacia arriba y viéramos las maravillas que se esconden ahí, seríamos mejores personas, más comprensivas y solidarias con nuestra madre Tierra. El mundo ganaría mucho. Gracias de nuevo. Fuerte abrazo
No es venganza,es algo natural. Si la sobreexplotamos y la maltratamos,nos estamos maltratando a nosotros mismos. hasta que no entendamos esto,no dejaremos de maltratarla. Gracias por tu visita, Conchi. Un ABRAZO
Contundente poema. Verdad que nos creemos todopoderosos y que nos tomamos todas las atribuciones con la Madre Tierra. Nos esta faltando volver a la valoracion, el cuidado y proteccion y sobre todo el agradecimiento frente a tanta belleza que nos circunda y que está alli para ser disfrutada.. Lamentablemente somos tan necios.. Falta mucha educacion y esto es algo que debe gestarse desde la cuna.. Me ha gustado muchisimo el poema. Un abrazo grande
Sí,nos sobra soberbia y nos falta humildad. Muchas gracias Eli por tu presencia en estos versos que solo pretenden ser un toque de atención ante tanta desidia para con la Naturaleza por parte de los hombres. Un fuerte abrazo
Noooo mi querido JOAQUÍN, La Naturaleza nunca nos va a matar, tu generosidad es infinita, seguramente lo hagamos nosotros. No, seguramente no, ya lo estamos haciendo y lejos de ser conscientes de ello, recapacitar y dejar de estropear y guarrear este mundo, ahí seguimos haciendo salvajadas un día sí y otro tb, quizá ese lucero que brilla sobre la preciosa catedral de Santiago nos ilumine antes de que no haya solución, porque aun hay esperanza si quisiéramos ponernos manos a la obra, lo malo es que ni gobiernos, ni gente en general estamos por la labor. Me ha encantado tu precioso poema, como siempre un placer verte aparecer otra vez, como ese lucero en la noche… para ti estrellada, nada de negra ; )
ResponderEliminarMuuuchos besos y gracias por volver
Cierto María,seguramente lo hagamos nosotros con nuestra torpeza y ambición pero será la Tierra la que,al volverse inhabitable, nos mate indirectamente,algo así como: "Yo no quería pero..." La cuestión es que vamos derechos a la extinción que tardará más o menos pero será inevitable y no es que lo diga yo,voces más autorizadas que la mía también lo presienten.
EliminarGracias siempre por acudir rauda a mis distantes entradas,sigo en modo supervivencia.
Abrazo fuerte.
Maestro, solo una pluma como la suya es capaz de la vista nocturna de un lucero tras un viejo campanario, entrar con sus versos en la especulación y divagación sobre la vida y la existencia, y la vileza del hombre envenenando con sus tóxicos la tierra y la biosfera. Claro que tal petulancia de quienes se asumen dioses, traerá sus letales resultas sobre nuestra amada GAIA. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias Carlos por ser siempre tan generoso al comentar mis ocurrencias.
EliminarEs cierto,nuestra vanidad infinita se volverá algún día (ya ha comenzado) en contra nuestra. Y lo peor es que no tenemos intención de cambiar nuestras dañinas costumbres.
Fuerte abrazo
Ojalá volvamos a esa simple y feliz normalidad y la madre Tierra tenga la paciencia de esperarnos.
ResponderEliminarEl poema es maravilloso, Joaquín, como siempre.
Un beso.
Ojalá Carmela. No nos va a quedar otra.
Eliminarme alegra verte de nuevo por mi casa, amiga.
Un abrazo fuerte en la distancia.
Al paso que vamos hará bien en acabar con nosotros.
ResponderEliminarNo tenemos perdón.
Saludos.
Todo llegará, Toro. Lo bueno es que nosotros ya no estaremos,supongo.
EliminarGracias por venir.
Antes que comente tu magnífico poema estimado Joaquín, decirte que la fotografía es simplemente maravillosa. Un acierto en su contenido, forma y colorido.
ResponderEliminarEse lucero poeta, ha brillado desde tiempos ancestrales y ha estado allí para intentar que el ser humano comprenda la belleza y la verdad de la vida y del universo, pero no. Persistimos y nos empeñamos en más atrocidades, muertes y vejámenes . Es como si el hombre hubiese extraviado las estrellas, el rumbo de las cosas. Y ella, la madre tierra, Gaia. Resiste, resiste y, como toda madre intenta a veces a través de sus embates climáticos hacernos comprender, pero la humanidad no reacciona y ella como madre. Sigue allí. Tolerando, aguantando, porque una madre nació para permanecer allí siempre, a pesar de todo, a pesar de la humanidad toda.
Felicito tu poema querido Joaquín. Usted escribe con el alma.
Gracias Tatiana por tu ampatía y tu entusiasmo al comentar mis ocurrencias. Lo cierto es que ,si no escribimos con el alma, mejor es no hacerlo.
EliminarY es muy cierto que si miráramos más hacia arriba y viéramos las maravillas que se esconden ahí, seríamos mejores personas, más comprensivas y solidarias con nuestra madre Tierra. El mundo ganaría mucho.
Gracias de nuevo.
Fuerte abrazo
Un excelente poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Amalia. Un abrazo
EliminarExcelente poema con un título que lo dice todo. Gaia también se transformarà para bien o para mal. Abrazo grande Joaquín y tengas muy buena semana.
ResponderEliminarGracias amiga Ceciely,lo mismo te deseo.
EliminarFuerte abrazo.
Espero que la Tierra no trate algún día de vengarse de todo el daño que entre todos le estamos causando. Muy bello poema Joaquín.
ResponderEliminarUn abrazo.
No es venganza,es algo natural. Si la sobreexplotamos y la maltratamos,nos estamos maltratando a nosotros mismos. hasta que no entendamos esto,no dejaremos de maltratarla.
EliminarGracias por tu visita, Conchi.
Un ABRAZO
La naturaleza es la creación que Dios nos ha regalado, pero como a todo lo regaledo no le damor valor.
ResponderEliminarmariarosa
Cierto,así somos Mariarosa. Gracias por pasarte. Un abrazo
EliminarContundente poema. Verdad que nos creemos todopoderosos y que nos tomamos todas las atribuciones con la Madre Tierra. Nos esta faltando volver a la valoracion, el cuidado y proteccion y sobre todo el agradecimiento frente a tanta belleza que nos circunda y que está alli para ser disfrutada.. Lamentablemente somos tan necios.. Falta mucha educacion y esto es algo que debe gestarse desde la cuna.. Me ha gustado muchisimo el poema. Un abrazo grande
ResponderEliminarSí,nos sobra soberbia y nos falta humildad. Muchas gracias Eli por tu presencia en estos versos que solo pretenden ser un toque de atención ante tanta desidia para con la Naturaleza por parte de los hombres.
EliminarUn fuerte abrazo
Aplaudo.
ResponderEliminarNada que añadir.
Abrazo, Joaquín.
Abrazo Verónica. Gracias por pasarte.
EliminarLa naturaleza humana es así, (hace años escribí un poema de dioses de barro), lux y claridad cohabitando en un mismo ser
ResponderEliminarGracias por tu huella 😊 ten un fin de semana precioso
Abrazos
te dejo el link, otro abracitoooo :)
Eliminarhttps://lichazul.blogspot.com/2010/08/senores-de-barro.html