miércoles, 5 de junio de 2024

Sin dobleces

 


Siempre pensó que en el amor, como en la vida, había que darlo todo, había que entregarse por entero. Que guardar para sí parte de los sentimientos, por temor o por precaución, no era mostrar la auténtica cara de sí misma. Y así fue cómo actuó con todos durante toda su vida, sin dobleces, sin reservas.
Lo que no sabía es que, eso que ella creía que era una regla básica de la vida, no era más que una rara excepción, algo difícil de encontrar en los otros. Lo entendió muchos años después, cuando, ya anciana, un día se preguntó por qué estaba tan sola en este tramo final de su vida.
Y no halló respuesta.

15 comentarios:

  1. Impactante reflexión amigo Joaquín.
    Certera en sí misma y a la vez con resultados... conocidos.
    Hay días y días... Y edades y edades... Y cuando confluyen ambos aspectos, ¡la vida es!
    ¡La cosecha está recogida!
    Fuerte abrazo Joaquín. Siempre con esa sensibilidad a flor de piel.

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  2. Lo dió todo en la vida, creo que mucho más de lo que recibió. Me ha encantado leerte.

    Un abrazo.

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    1. Sí, suele suceder, por desgracia.
      Gracias por pasarte Conchi.
      Un abrazo

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  3. Pues a mi me resulta incompresible mi querido JOAQUÍN. Nadie, absolutamente nadie que se de sin dobleces, como explicas merece, esa soledad final, en realidad aun sin darse tampoco lo merece. Es más, creo que la gente verdaderamente generosa, aun cuando físicamente no cuente con nadie, si es el caso, tiene que sentirse acompañadísima y muy en paz. La vida a veces, se desarrolla de formas inexplicables.. es posible que se le hayan muerto todos sus seres queridos, es posible que por circunstancias, los suyos no puedan estar con ella, pero si das amor, sieeempre, sieeempre ese amor permanece contigo porque para dar algo hay que tenerlo, así de simple y quien siente amor, jamás está solo. No sé, es mi manera de pensar, puedo estar equivocadísima y sí, es verdad que a veces la vida es tremendamente injusta, pero lo dicho.. ella por dentro sabe que ha dado todo, su parte está cumplida y eso siempre reconforta o debería reconfortar... ocurra lo que ocurra fuera. Un abrazo muy fuerte!!

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    1. Cierto María, nadie se merece estar solo y menos al final de la vida, pero, por desgracia, la realidad es otra.
      Tus razonamientos están cargados de razón y lógica pero la lógica y la razón no son precisamente los indicadores que suelen guiar las acciones humanas. Esta entrada tiene protagonista real, alguien a quien conocí hace tiempo, una de las personas más noble y generosa que he conocido nunca, en todos los aspectos y, sin embargo, por lo que sea, no le ha ido bien en la vida. A veces los humanos no sabemos valorar lo que tenemos delante. Nuestros casposos prejuicios se encargan de distorsionar la realidad haciéndonos ver en un mar en calma, tempestades que solo existen en nuestra imaginación. Es tan raro encontrar un alma noble y casi pura que, cuando la encuentras, no la valoras como tal quizás porque no crees en su existencia. Pero, como decís los gallegos, aunque refiriéndose a otras cuestiones, haberlas, haylas.

      Fuerte abrazo.

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    2. Tienes toda la razón y sí, hay de todo en este mundo, sólo espero que ella por dentro se sienta en paz, aunque es muy cierto, que si de verdad ha sido abandonada por los suyos, ese dolor no se lo quita nadie y desde luego, no lo merece. En fin, necesito pensar que tendrá su recompensa. La justicia poética al final, es la única que nos queda : )

      Otro fuerte fuerte!!

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  4. Desde luego no merecía esa soledad... pero es lo más probable en un mundo de hipocresías y dobleces por todas partes.

    Saludos.

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    1. Así es Toro, esa es la lectura correcta a este texto sacado de una realidad cotidiana, aunque nos parezca injusta y cruel.
      Saludos

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  5. Duele la historia que nos dejas, Joaquín, duele pero es creible en este mundo que vivimos tan deshumanizado. Los valores humanos brillan por su ausencia y las soledades se expanden por todas partes. Padres en las residencias que no reciben visitas...y ancianitas en sus casas totalmente olvidadas...Ya es hora de que nuestra sociedad de prioridad a la educación y honre a los mayores a quienes tanto, tanto debemos.
    Mi abrazo entrañable y agradecido, Joaquín

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    1. Así es Mº Jesús,ese es el panorama, aunque mi entrada va un poco más allá. He querido mostrar cómo nos solemos comportar los humanos ante la verdad, ante la pureza de espíritu. Solo aceptamos aquello que comprendemos, lo que está a nuestro alcance intelectual o sentimental. En el momento en que nos encontramos con alguien que nos supera en esos campos, en lugar de aceptarlo e intentar aprender para parecernos a él o a ella, lo que solemos hacer es mirar para otro lado, rechazarlo por incomprensible quizás, o por encontrarlo demasiado complicado para nuestros espíritus simplistas. No sé si lo he logrado.
      Gracias por tu opinión, siempre enriquecedora.
      Fuerte abrazo.

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  6. Cuando no somos capaces de reconocer la honestidad y la dignidad humana en los demás, algo va mal en nuestro interior, Joaquín...Nuestros valores tienen una doble moral, desconfiamos de todo, nada es lo que parece y la duda está servida...Y quizá todo es debido a que impera lo material en todos los campos, sobre lo espiritual...Gracias por tus letras, siempre profundas y directas, Joaquín.
    Mi abrazo entrañable y feliz fin de semana.

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    1. "Nuestros valores tienen una doble moral, desconfiamos de todo, nada es lo que parece y la duda está servida..." Ese precisamente es el mensaje que he querido transmitir con esta entrada, aunque reconozco que está bastante oculto, por ello tu frase tiene mayor mérito.
      Gracias de nuevo, Mª Jesús.
      Buen fin de semana también para ti.

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