LXIII
Que se
detenga el tiempo que no quiero
seguir la
senda oscura y lacerante
de esta
perversa noche donde errante
camino tras
su sombra prisionero.
Que se detenga el tiempo que yo muero
por ver esa
dulzura en su semblante,
por ver sus
ojos verdes, su radiante
sonrisa
entre la niebla del sendero.
Sin ella, no me queda ya argumento
para vivir.
Tan dura penitencia
me produce
dolor y sufrimiento.
¡No quiero ya seguir sin su presencia!
Porque
vivir así es un tormento
y más que
vida es muerte mi existencia.
Un bella poesía...del amor sacamos los mejores sentimientos
ResponderEliminarme recuerdan los poemas de Neruda en nsu temática...
saludos.
Neruda siempre ha sido un referente para mi.
EliminarGracias Meulen.
Saludos
Un clamor doloroso; casi llego a sentirlo. Me ha encantado, Joaquín.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Me alegra que haya sido así.
EliminarUn abrazo
Te felicito. Un soneto de antología.
ResponderEliminarY precioso.
Abrazo, estimado Joaquín.
Gracias Verónica. Un abrazo.
EliminarQué hermosura de soneto, Joaquín. He disfrutado su tristeza, su belleza, su música y también he sentido su dolor de ausencia del ser amado. Gracias, por esta poesía tan difícil de encontrar hoy en nuestras redes. Un verdadero placer leerte. Mi abrazo y felicitación más sincera.
ResponderEliminarCierto Julie,no se ve mucha poesía clasica por las redes,quedamos pocos.Sin embargo es la base y el origen de toda la poesía posterior.
EliminarMe alegra volver a saber de ti querida poeta.
Fuerte abrazo
Amores y amorcitos siempre dejan espasmos y calorcitos
ResponderEliminarBello soneto Joaquín, abracitos y buena semana☺️👍
Igualmente Elisa.Buen finde primaveral para ti.
EliminarAbracitos.
Muy buen soneto con regusto clásico.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias F. Enrique, celebro que te haya gustado.
EliminarUn abrazo
Cuanto dolor destilan tus letras Joaquín. .
ResponderEliminarAbrazos.
Es cierto, a veces salen así. Es lo que hay.
EliminarGracias Conchi.
Fuerte abrazo.
La afirmación de la rima con espíritu musical, para hacer de estos versos el reclamo de ella, necesaria presencia, para que el amor no muera. Un abrazo.
ResponderEliminarCarlos
Gracias por pasarte, Carlos. Un abrazo.
EliminarJoaquín, lo primero de todo te diré que, tus publicaciones no se actualizan en mi escritorio...Estas dos últimas las descubro porque tu comentario me alertó y vine...El soneto que nos dejas tiene el desgarro, la fuerza y la belleza de los clásicos, me recuerda a alguno de Miguel Hernández...Una preciosidad para enmarcar . Te felicito por ello y siento verlo tarde, pero lo he visto, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido por seguir cerca de ti.