Ser niño significa sentir que la vida está
llena de muchas alegrías y de algunas
pequeñas y esporádicas tristezas.
Más tarde, el día en que te das cuenta que las pequeñas y las esporádicas son
las alegrías, ese mismo día es cuando dejas de ser niño para siempre y te
conviertes en un vulgar adulto que los otros adultos han captado para su secta
AAN (Adultos Asesinos del Niño). Del niño que un día fueron.
sábado, 5 de octubre de 2024
NIÑOS
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Tanto estudiar, tanto trabajar, tanto tantas cosas, responsabilidades, obligaciones... para conseguir qué?... bah... no valía la pena.
ResponderEliminarOjalá hubiera sido niño hasta hoy.
Saludos.
Ojalá,coincido contigo.
EliminarSaludos
Los niños también sufren mucho. A veces todo se les hace un mundo.
ResponderEliminarPero sí, incluso para los niños con esta sensibilidad, es como dices.
AAN, tal cual.
Y hay quien quiere ser inmortal. Yo, no.
Abrazo, Joaquín
Yo tampoco,sería terrible.
EliminarAbrazo, Verónica.
Lo mejor de ser niño es que se vive siempre en el presente. Los adultos viven constantemente pensando en el futuro, y yo, ya te lo digo, pienso constantemente en el pasado y eso me jode. Ahí lo dejo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Joaquín
Pues ya somos dos, Gumer. El pasado es como una de esas moscas empachosas que no te dejan en paz. Hay que aprender a alejarlas.
EliminarAbrazo
El mundo humano nunca fue hecho para escala humana, sino para la escala del ego y la maldad
ResponderEliminarAbracitos
Cada vez estoy más seguro de ello, Elisa. Somos una especie contra natura.
EliminarAbracito.
Hola amigo.
ResponderEliminarBueno, si se fija uno en general de como está el mundo hoy día, no me extraña que los adultos sean o seamos AAN, porque nos sentimos indignados por ciertas circunstancias, principalmente las guerras, donde los niños que sobreviven seguro que se hacen adultos antes de tiempo; pero individualmente creo que todos tenemos un niño dentro que de vez en cuando sale para alegrarnos el día...
Buena entrada que hace reflexionar.
Te sigo aunque no comente, aunque últimamente he estado un poco retirada porque no me inspira nada, :).
Un gran abrazo para ti y tu señora. Me acuerdo mucho cuando nos vimos en tu bella ciudad.
Por suerte, así es.Seguimos teniendo a ese niño que fuimos dentro, aunque aparezca solo de vez em cuando.
EliminarYo también recuerdo nuestro encuentro con alegría.
Un fuerte abrazo,Elda.
Tremendo... Muy bueno; un micro entre irónico, gracioso por el ingenio, y duro a la vez ya que muestra esa realidad que todos sentimos al unirnos a la secta -y nadie se libra-. (Tenemos que hacer otra, ARDN: adultos resucitadores de su niño), jja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo y que tenga muy feliz otoño! :)
Me apunto a esa nueva secta que propones,Maite. De hecho creo que los que escribimos estas cosas siempre consultamos a ese niño que fuimos y que seguimos llevando dentro.
EliminarGracias por tus palabras y muy feliz otoño poético también para ti.
Un abrazo
Maestro,leyendo su texto, cuánta razón tenía Peter Pan de seguir siendo niño
ResponderEliminarUn abrazo
Carlos
En efecto, él sí que sabía lo que había que hacer.
EliminarGracias Carlos. Fuerte abrazo.
Cuando somos niños la inocencia está siempre presente...Joaquín. Ahora tratamos de buscarla de nuevo y es difícil encontrarla. La vida nos prueba los sentimientos y ello nos rompe por dentro...Quizá desde pequeños en el colegio y en casa debían enseñarnos a gestionar esos sentimientos.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo entrañable y mi ánimo siempre.
Cuánta verdad en tu pequeña disertación. Acabo de publicar La niña que fui. Un libro que salió por casualidad, en México, lo escribí hace años. Y la suerte le dió luz y lectores este año. Ahi coincido contigo. La infancia, nuestra infancia, repercute en todo lo que somos de mayores. Sin duda. Mi abrazo, Joaquín.
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