Niña morena y ágil, nada hacia ti
me acerca,
todo de ti me aleja, como del
mediodía.
Eres la delirante juventud de
la abeja,
la embriaguez de la ola, la
fuerza de la espiga.
Pablo Neruda
Me
evitas cuando cauto me acerco a tu silencio,
rehúyes
mi presencia cuando me sientes cerca,
te
escondes de mi fuego como el jazmín del día,
niña
morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Si
te miro, tú miras como el mar se eterniza,
si
te hablo, tu sueñas con cualquier melodía,
nunca
fijas tus ojos en mis ojos rendidos,
todo
de ti me aleja, como del mediodía.
Eres
cual golondrina de frenético vuelo
y
mi dicha es el eco de tu voz que se aleja.
Eres
ese torrente que erosiona caminos,
eres
la delirante juventud de la abeja.
Si
algún día lograra que tus ojos me vieran,
que
al fin te cautivara mi canción, dulce amiga,
correría
por mis venas el júbilo del viento,
la
embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.