martes, 15 de octubre de 2024

Un café solo

 

Pausa y café
en mesa baja
de frío mármol
–como la tarde-
mirando al mundo
tras los cristales
sucios y opacos
del viejo bar. 
 
Momento dulce 
para mirarme,
para perderme 
entre las ruinas 
de mis derrumbes. 
Para encontrarme 
conmigo mismo,
viajero esquivo
que va sin rumbo
por los senderos
de un laberinto
con altos muros
de realidad. 
 
Tregua ocurrente, 
para lavarme 
la ropa sucia 
tras la batalla 
por la decencia. 
Para cubrirme 
mis paradojas
–viejas heridas
de la razón- 
con tibias gasas 
de dignidad. 
 
Pausa precisa, 
para ser, sólo 
por diez minutos, 
pieza que encaje 
en el engranaje 
de este artificio
de sociedad. 
Para engrasar 
la noble rueda 
de mis propósitos, 
esa que oxidan 
día tras día 
las humedades 
de este sistema 
frío, parcial. 
 
Un café solo 
para curarme 
los arañazos 
de ese felino 
sediento y ávido, 
de ese salvaje
 libre mercado 
 neoliberal. 
 
Un café solo
a solas conmigo. 
Luego, a la calle, 
a ser de nuevo 
sólo carnaza
para esa fiera
que nos enjaula
tras los barrotes
de “su” verdad.
A ser de nuevo
sólo un juguete
de este sistema
ciego y enfermo 
cruel y voraz.
 



sábado, 5 de octubre de 2024

NIÑOS


Ser niño significa sentir que la vida está llena de  muchas alegrías y de algunas pequeñas y esporádicas tristezas.

Más tarde, el día en que te das cuenta que las pequeñas y las esporádicas son las alegrías, ese mismo día es cuando dejas de ser niño para siempre y te conviertes en un vulgar adulto que los otros adultos han captado para su secta AAN (Adultos Asesinos del Niño). Del niño que un día fueron.

martes, 24 de septiembre de 2024

Tras el viento

 


Se marchó tras el viento del otoño
una tarde de sábado con prisas
y en los blancos senderos de mi alma
se dejó un frío manto de hojas muertas
que crujían de dolor a cada paso
de mis horas vacías sin su risa.
 
Cada noche a través de la ventana
noviembre me traía su recuerdo. .
Solo el viento me hablaba de su ausencia
con silbos lastimeros de nostalgia
que luego yo vestía de poesía:
alimento ficticio para el alma.
 
Aquel otoño fui sólo un fantasma
vagando por los múltiples rincones
donde sus manos exploraron mi espalda,
donde sus labios besaron mi tibieza,
donde sus ojos, abiertos a la noche,
reclamaban de mi absurda indolencia
al menos el calor de la palabra.
 
Se marchó de repente, sin razones,
tras la estela de un sueño nuevo y vivo
llevándose con ella mi silencio,
dejándome su risa, su mirada
flotando en el vacío de mis noches,
grabadas en mi mente a fuego lento 
para incendiar las frías madrugadas.