lunes, 26 de julio de 2021

Romántica estampa

 

Auguste Serrure - "The Picnic" (detalle)


Bajo el recio nogal que se mira en el río,

sobre la verde alfombra salpicada de flores,

mientras leo un poema que me arranca suspiros

tú sueñas con paisajes de páramos y alcores.

 

Es una tarde plácida de belleza infinita,

donde el agua traviesa nos regala canciones

mientras mueve las palas de ese viejo molino

que va moliendo el grano de nuestras ilusiones.

 

Nada enturbia la dicha de tu alma y la mía

cuando nuestras miradas se cruzan un instante

y nuestros corazones galopan encendidos

en la encendida hora de esta bendita tarde.

 

 

lunes, 12 de julio de 2021

Resentimiento

He creído tanto
que al volver del lugar donde los credos
estallan como pompas de jabón,
me convertí en estatua de sal
y dejé de creer hasta en mi sombra,
negra y rastrera espía de mis sueños.
 
He confiado tanto,
que al sentir en mis carnes las heridas
de la injusta traición,
huí de las promesas infundadas
como el gato escaldado del hogar
donde se quemó el rabo.
 
He amado tanto,
con tanta candidez, con tanta luz,
que al quedarme más solo que la una
comprendí que el amor es solo un mito
que se inventan las almas solitarias
para  gritar consignas a la luna
–mudo testigo de nuestra  soledad-
por tantas noches sufriéndonos callada.
 
Y ahora que no creo, que no confío ni amo
me pregunto ¿quién soy? ¿a dónde voy?
Y no encuentro respuestas adecuadas.
 
Ahora solo me da por escribir
retahílas de versos sin sentido
que ni la luna quiere ya leer
y hasta mi sombra he dejado de ver:
 ¡ no quiere ir atada a un resentido !



viernes, 2 de julio de 2021

Y tú...¿dónde estabas?


                                                       I

 

¿Dónde estabas en las frías mañanas en que el viento,

con furia desmedida,

azotaba las indelebles ramas del sauce en el jardín?

 

¿Dónde estabas mientras mis pies cansados caminaban,

cual fantasmas borrachos con sed de madrugadas,

por las calles solitarias y tristes

de esta ciudad inerte?

 

¿Quién te arrancaba risas cristalinas mientras yo,

en las tórridas noches del verano,

me asfixiaba con el insoportable aroma de las rosas

y me sentía morir por la presencia vigilante, callada,

de millones de estrellas?

 

¿Quién besaba tus labios mientras el vil deseo

se adueñaba de todos mis sentidos

y, como un pobre loco, buscaba tu presencia

en todas las miradas del camino?

 

¿Dónde estabas, mi amor, mientras mis ojos,

abiertos a la nada y húmedos de lamentos,

miraban sin mirar el absurdo vacío de la vida

a través de un cristal empañado

con vahos de fracasos?


¿Dónde estaban tus ojos de avellana,

de mirada tranquila cargada de tristeza?

¿Dónde tus dulces labios con lunares morenos

pordioseros de besos?

¿Dónde tu pelo negro revuelto por el viento de la tarde

antes de la tormenta!


¿Dónde estabas, mi preciosa hechicera de ilusiones tardías?

 

¡Por qué dulces veredas vagaría tu espíritu

en las noches eternas en que el tiempo

se paraba extasiado ante mi alma

contemplando, indolente, el paso del silencio!


 

                               II

 

Si en mi vagar absurdo por los campos baldíos

caminando indeciso al borde del abismo

o temblando de miedo y de cruel zozobra

ente los mil demonios que asediaban mis noches,

hubiera sospechado solo por un momento

que existías en el mundo y no solo en mis sueños,

hubiera hecho tañer mil campanas al vuelo

para contar a todos que buscar tu sonrisa

sería en adelante la única razón

para seguir viaje abrazado a la vida.

 

Y luego, al encontrarte, mi vida hubiera sido

un fértil río de dicha fluyendo entre tus brazos,

bebiendo de tus besos, manantial incansable

para matar la sed de todos los veranos

perdidos en buscarte por desiertos ignotos

sin el fluido vital de tu asombrosa fuente.