Sí, anoche fue.
Anoche soñé contigo.
Volvías a mi tan lozana
como el último domingo.
Venías en busca de un sueño
que se te perdió una tarde
de lluvia entre los olivos.
No había flores en tu pelo
ni traías aquel vestido
que se
ajustaba a tu cuerpo
como
tu risa a mi oído.
Tú solo venías de paso
en busca de un sueño antiguo.
Llegaste hasta mí serena:
sin quejas por tanta espera,
sin duelos por tanto llanto,
sin odio por tanto olvido.
Solo venías a buscar
aquel sueño tan antiguo
que te dejaste olvidado
entre unos versos dormidos
que te escribiera una tarde
de lluvia entre los olivos.
Mas, esos versos, amiga,
ya no tienen aquel brillo.
Ahora son versos ajados
dentro de un poema herido
por tantas noches en vela
esperando a ser leídos.
¡Viejos versos enterrados
que volvieron a la vida
mientras soñaba contigo!