viernes, 25 de septiembre de 2015

Ensoñación




Sé que existes, que habitas en el mundo,
en un lugar de ensueño mimado por los dioses
que llaman armonía.
Sé que existes, que tu nombre es embrujo,
que ríes a todas horas sin motivo. 
Que el único motivo 
es el gozo de sentir por tu sangre
deslizarse la vida.

Te imagino perfecta y seductora
siendo ninfa en ríos transparentes,
náyade azul en las tranquilas fuentes
y estallido de luz en cada aurora.

Rebosas alegría y el deseo
vive en tus labios rojos,
dos pétalos con néctar que libar
en cada atardecer de negros velos.

Existes, aunque seas sólo un sueño
trenzado de imposibles
que persigo incansable desde siempre,
desde el fondo sombrío
de una cuna sin pátina, sin nombre,
perdida en el abismo de los años,
levitando en en la niebla del olvido.

Nunca te alcanzaré. Si te alcanzara,
mi vida perdería todo sentido,
dejaría de vivir con la esperanza
de poder encontrarte en cada aurora,
de sentir tu presencia en cada soplo
de viento en el otoño, en cada nube
de cada atardecer cárdeno y frío.