En leve vuelo, tus alas de cristal
irisadas al sol de la alborada
elevan sobre el lienzo del estanque
tu ingravidez de ninfa solitaria.
Espadilla de efímera existencia
que asombras con tu gracia al universo
es prodigio de técnica y belleza
el etéreo
batir de tu aleteo.
Criatura quebradiza en apariencia
serás siempre la reina del remanso,
curioso predador de cien mil ojos,
bella herencia de un tiempo
cuaternario.