Como el mar al romper contra la roca,
así lloran mis sueños de papel
por libar en tus labios dulce miel,
por besar con pasión tu ardiente boca.
Y percibo que late y se desboca
mi tenaz corazón -rojo corcel-
si presiente el contacto de tu piel
o imagina escuchar tu risa loca.
Y no hay tarde ni noche ni mañana
que no sueñe contigo, que no invente
un romance de amor en mi ventana.
Y apareces entonces, de repente,
como diosa fantástica y lejana
y sonríen mis sueños nuevamente.