Si
no existieran lo teléfonos móviles
iríamos
por la calle
saludando a la gente
y viendo como beben las palomas
en
las fuentes del parque.
Si no existieran los televisores
los
cuadros del salón serían
paisajes mágicos
a
donde viajarían nuestros sueños
en
busca de poemas irisados.
Si no existieran las videoconsolas
los
inquietos infantes gastarían
todas
sus energías
en
perseguir muchachas de risa cristalina
por
los prados con flores.
Si no hubiera automóviles en la ciudad,
iríamos
tan tranquilos
mirándonos
la cara en los charcos
que
la lluvia se dejó entre el asfalto
en
medio de las amplias avenidas.
Si no existieran los ordenadores,
te
llegaría una carta de amor cada mañana
con
aromas intensos y lejanos
diluidos
en lágrimas de tinta,
que
haría palpitar tu corazón.
Si
no tuviéramos las prisas que tenemos
iríamos
por el mundo
mirándonos
en las otras miradas
para
coleccionar sonrisas e ilusiones
y
hacernos millonarios en amigos.
(Publicado en mi blog "http://midiarioimpersonal.blogspot.com.es/
el 21-3-2013)