viernes, 7 de junio de 2013

Coplillas




Tus ojos,al mirarme,
me sonreían.
Y desde entonces,
cada vez que los pienso,
me dan la vida.

¡Cuántas veces bajé
y subí tu calle!
¡Cuántas veces pasé
frente a tu puerta
-unas veces cerrada
y otras abierta-
pero tú...¡nunca estabas!

Hay en tu calle
balcones adornados
-flores en tiestos-
pero mis ojos,
cegados por los tuyos,
no pueden verlos.

Y al fin,loco de amor,
voy gritando tu nombre
que,cual dardo de luz
hiere la madrugada
húmeda del rocío
y negra por la ausencia
de tu mirada.