sábado, 5 de abril de 2014

Otra vez es primavera




Asoma ya la nueva primavera 
mostrando su carita sonrosada 
tras los blancos visillos del invierno 
y, quisiera creer, 
que no será una más 
entre todas mis grises primaveras, 
aquellas que año a año 
fui arrojando al abismo del olvido 
desde la insoportable rutina de los días. 

Fueron mil primaveras derrochadas, 
vacías de color, 
con el alma cautiva por brillos de oropel 
y el corazón colgado de un endeble cordel 
al sol de la indolencia.

Y, cundo las recuerdo, 
me invade la tristeza 
de quien tuvo un tesoro entre sus manos 
y lo perdió una tarde 
de esperanzas ya muertas. 

Por eso es que deseo, 
que esta nueva y lozana primavera, 
se detenga por fin frente a mi alma, 
cansada ya de inviernos 
y la rejuvenezca en ilusiones.

Que traiga savia joven 
que riegue y alimente 
aquella ilusión mía ya olvidada 
de ser árbol frondoso. 
Nueva inyección de vida 
que despierte a la luz de la mañana 
mi obstinada quietud de hombre vencido. 
Nuevo lienzo de prístinos colores 
que acabe con el gris 
que cubre hace ya tiempo mi desidia.

¡Brindemos por la joven primavera 
para que, 
al igual que a la mitad del mundo, 
llene también de vida
 nuestros fríos y exhaustos corazones!