miércoles, 14 de agosto de 2013

La tormenta



Fotografía de Google




Cielo ceniciento 
con nubes de plomo. 
Tras el cementerio, 
allá, por la sierra, 
fugaces relámpagos. 
Y aquí, junto al banco 
del parque desierto, 
una sombra pasa 
corriendo, asustada...
La noche se cierra. 

El alma, intranquila, 
se encoge de pronto 
detrás de la verja 
cuando de repente, 
allá por la sierra, 
otro latigazo 
de luz blanquecina 
se hunde en la tierra. 
Luego, el bronco trueno 
que irrumpe en el valle,
 rueda por los cielos 
de esta ciudad mustia 
que hoy parece muerta. 

Las primeras gotas 
gruesas se desploman 
sobre los tejados 
en la tarde negra. 

Ya es noche cerrada. 
El parque, sombrío. 
Mi alma se encoge 
detrás de la verja 
-nuevo escalofrío- 
Llegó la tormenta...