Robert Browning,poeta inglés (1812-1889)
Voz dormida en los acordes del tiempo,
lenguaje de los dioses,
eres,música,el bálsamo suave y milagroso
que sana cicatrices en el alma.
Hija del viento helado
que silbaba en las noches primigenias
del Olimpo sagrado,
antes de que los dioses
sucumbieran a los falsos destellos
del oro de los hombres.
Tú eres río de dicha
para el espíritu reseco ya,amargado.
Catarata de vida
para las flores mustias
que se ajan por los prados del olvido.
Son tus notas
curiosos duendecillos que se adentran
por las grutas oscuras del oído
hasta llegar al cálido habitáculo
de un corazón que late apresurado
al sentir tu presencia.
Música que emociona y estremece,
que enamora y que mece
los sueños encerrados
en tarros transparentes
de tantas noches mágicas y locas.
Eres como la seda sobre la nívea piel
de doncella dormida.
Eres luz en penumbra,
locura que sosiega.
Dulce néctar volátil
que va endulzando el aire
con gotitas doradas de sutiles acordes.
Eres y serás siempre
el bienhechor aliento
de los dioses sagrados y lejanos
que calma las tormentas
del alma atormentada de los hombres.