jueves, 18 de julio de 2024

En cimas imposibles (Glosa)

 

                                                  Glosa Nº 5     

                                 Apegada a mis brazos como una enredadera

                                 las hojas recogían tu voz lenta y en calma.

                                 Hoguera de estupor en que mi sed ardía.

                                 Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

                                                                             Pablo Neruda.

 

Mi dicha era infinita si al despertar sentía

junto a mi cuerpo el tuyo bajo la luz primera,

fantástica nereida que encendías mis sueños

apegada a mis brazos como una enredadera.

 

Mirabas desde el fondo de dos lagos azules

que al mirar empapaban la fronda de mi alma

y al hablarme de vuelos y de sueños cautivos,

las hojas recogían tu voz lenta y en calma.

 

Más tarde, cuando el sol inundaba la estancia

y el alba temerosa dejaba paso al día,

tu cuerpo de sirena tornábase almenara,

hoguera de estupor en que mi sed ardía.

 

Mariposa encendida de imprevisibles vuelos

que me dejabas ansia y te llevabas calma,

eras como las flores de cimas imposibles

dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.