Soneto blanco
Por las sendas del parque solitario
silba el viento buscando tu fragancia
y en el trance silente de la tarde
tu recuerdo golpea mi alma herida.
No hay momento ni espacio ni lugar
sin tu sombra rondando mi tristeza,
ya no puedo arrancarte de mi mente:
te quedaste habitando mi abandono.
Y es por eso que vivo sin vivir
con tu imagen tatuada en mi retina,
con tu nombre manando de mi boca.
Mas,si fuera posible regresar
hasta el punto en que todo comenzó,
volvería sediento de tus besos.