martes, 19 de mayo de 2015

¡Han vuelto!




¡Han vuelto! Después de cuatro años recortando derechos y servicios a los ciudadanos, inyectando dinero público a bancos privados, favoreciendo a los defraudadores, amparando a los corruptos e incumpliendo todas y cada una de las promesas electorales...unos. Y, permaneciendo callados como si hubieran hecho voto de silencio,los otros...¡han vuelto!.


Y vienen de nuevo con sus caras de cemento armado a pedirnos el voto en sus mítines pagados con dinero público o, peor aún, con dinero negro en B procedente de favores y prebendas. Y vienen como si no hubieran roto nunca un plato, convenciendo a la masa adormecida de que son ellos y sólo ellos los que nos salvarán, nunca los de la oposición y menos esos desarrapados de los partidos extremistas y populistas. De que la salvación está en Europa y sólo en Europa. En la misma Europa que ha puesto la tijera en manos de los recortadores locales. La misma Europa que sigue diciendo a día de hoy que hay que continuar bajando los sueldos a los trabajadores y aumentando los impuestos si es que queremos salir de la crisis, mientras las grandes fortunas siguen aumentado sus patrimonios.


Vuelven con la sonrisa en los labios, haciéndose fotos con niños, con obreros, con minusválidos, con ancianos...Mostrando sus caras felices ante miles de personas que, inexplicablemente , siguen confiando en ellos. En fin, que la vida sigue igual, como decía el otro hace ya la tira de años...


Yo espero, sigo esperando, que el próximo día 24 algo cambie en el panorama político de este país. Porque cono todo siga igual, será señal inequívoca de que esta sociedad está hipnotizada y enferma de conformismo y de abulia. Tan hipnotizada estaría esta sociedad si en la urnas siguen ganando los de siempre, que después de estas elecciones habríamos perdido la oportunidad de recuperar aquellos derechos que ya nos han quitado y perderíamos los pocos que nos quedan, incluido el derecho al pataleo, a expresarnos libremente (ley mordaza), porque nuestros escasos derechos los habremos dejado enterrados en las urnas.


Han vuelto, aunque no se hayan ido nunca. ¡Que los dioses nos protejan!