viernes, 25 de julio de 2014

En el azul





Envuelta en el azul, contemplas el fulgor de esos rayos de sol que pugnan por brotar –luminosa esperanza-  tras unas nubes grises cargadas de soberbia.

Te extasías sentada en la baranda, mirando al infinito confín de tu tristeza y añorando, tal vez, la intensa sensación que te dejó aquel beso que, en un atardecer de sueños consentidos, dejaron en tu boca.
Y tal vez sea por eso que, embriagada de azules y silencio, vuelves a ser gaviota ilusionada volando sobre un mar infinito de amores ya lejanos.

Mientras, sobre el mármol glacial de la baranda, indefensa e inerte, solitaria y dolida de abandonos... se desmaya la rosa.