domingo, 16 de noviembre de 2014

Espejos







Silenciosos y mudos,
en feliz duermevela
viven agazapados
en salones, en baños,
en sombrías entradas,
acechando a sus víctimas
para abrirles el alma.

Elegantes, pulidos,
obstinados mirones,
con sus ojos de vidrio
nos estudian por fuera,
nos agitan por dentro,
sin piedad nos hostigan
sin dejar un resquicio.

Descarados, chismosos,
nos desnudan el alma,
nos golpean el ego
con sus frías miradas
de siniestros reflejos,
nos perturban el juicio
sin moverse del sitio...

¡los malditos espejos!