El día que tú me quieras
será más azul el cielo
y renunciarán al vuelo
las golondrinas viajeras.
Estará dormido el viento
el día que tú me quieras,
por no robar el aliento
de tu boquita hechicera.
Se encenderán mil hogueras
para alumbrar mi fortuna,
el día que tú me quieras
bajo la luz de la luna.
Y mi pobre corazón,
cautivo por tanta espera,
volará cual gorrión
el día que tú me quieras.