sábado, 30 de noviembre de 2013

Razones para el verso (Estancia)



"Ningún hombre pondría una sola palabra en papel si tuviera el valor de vivir lo que cree" - Henry Miller



Escribir, ¿es acaso cobardía?
¿Es dormir la conciencia?
Escribir es volver a la inocencia
que perdimos un día.
Yo nunca escribiría
solamente por ocultar mis miedos,
¡sería cosa macabra!
Procuro que se abra
mi mente a la belleza de este mundo,
a ese sentir profundo
que sólo sé expresar con la palabra.

No se escribe tan solo por despecho.
Lo hacemos, sobre todo,
para dejar constancia de algún modo
de lo vivido y hecho.
Nos asiste el derecho
de contar nuestras penas y alegrías
a quien oírlas quiera.
No es ninguna quimera
el querer transcender desde esta vida,
el buscar la salida
al túnel de la muerte, tan certera.

Y así, canto a la luz que hay en tus ojos,
al brillo de tu pelo,
a la hoguera que prende en ese cielo
de atardeceres rojos.
Nunca pondré cerrojos
a mis versos, pues son libres cometas
cargados de ilusiones.
Siempre habrá mil razones
para pintar con ellos la belleza
y limar la rudeza
que habita en los sombríos corazones.










sábado, 23 de noviembre de 2013

Permitidme





Ante la muchedumbre por las calles,
el estruendo del tráfico rodado
o el ruido de las obras en el metro...
permitidme que elija el campo abierto
o mejor, cualquier bosque solazado
de árboles centenarios, elevados,
donde sólo se oiga hablar al viento
o el trinar de algún pájaro contento
reclamando a su hembra, enamorado.

Ante la actualidad del vasto mundo
que habla sólo de hechos luctuosos,
de asesinatos,de horribles terremotos,
de lucha armada,de muertes en el mar...
permitidme que sólo quiera hablar
de unos ojos de mirada serena,
de unos labios que me quiten las penas,
de unos senos redondos,del vibrar
de ese cuerpo que esbelto se cimbrea
como la espiga verde en el trigal.

Ante tanta codicia y ambición
como aflora del corazón humano,
ante tanta malévola intención...
permitidme que a solas me relaje
escuchando un concierto del gran Bach
o leyendo los versos de Neruda:
la música es un río de libertad
para las almas presas por la duda;
y en llegando hasta mí pura, desnuda,
me deja la poesía su verdad.





sábado, 16 de noviembre de 2013

Beso de princesa (Silva galante)







                                  
Este vagar sin rumbo junto al río,
esta pena de luna,
no es más que un triste sueño sin fortuna
flotando en el vacío.

¡Es todo tan sombrío,
que en el aire presiento mil latidos
de trágica agonía!

Mas, llega el alba fría
con mofletes rosados de princesa
y me llama, y me besa
para consuelo y paz del alma mía.


(Esta estrofa,ideada por mí,es una silva con estructura fija.La he llamado galante por dos razones: por mi apellido (Galán) y porque la veo muy adecuada para crear con ella futuras composiciones (estancias) de tipo amoroso (aunque en esta ocasión no sea el caso).
Consta de 11 versos endecasílabos y heptasílabos (como todas las silvas) con la siguiente estructura en cuanto a rimas: 11A-7B-11B-7A  7A-11C-7D  7D-11E-7E-11D )

Ya ven, hoy amanecí con ganas de inventar algo :)

martes, 12 de noviembre de 2013

Cada mañana







Cada mañana,al despertarme,pienso
que nada nuevo va a traerme el día...

...si acaso el aire limpio en la mañana,
los cálidos colores del otoño,
la espléndida sonrisa de los niños,
la amistad que me brindan los amigos
o el amor en tus ojos si me miras.

Y a veces:
"¡Hola papá! ¿Qué tal te ha ido el día?

Y cada noche,al acostarme,pienso:
¡Ojalá sean así todos los días!


viernes, 8 de noviembre de 2013

Soneto XLVIII (Refugio)




Crecí entre verdes mares de espigas generosas,
junto a resecos campos de olivos y viñedos,
entre unos brazos fuertes, refugio de mis miedos
en madrugadas negras de estrellas temblorosas.

La juventud me trajo más lágrimas que rosas
pues del amor yo hice la biblia de mis credos,
mas se me fue la tarde como agua entre los dedos
y vino a mí la noche de zarpas tenebrosas.

Por terminar con tanto vagar sin rumbo fijo
me refugié en tus brazos de fiel samaritana
y allí encontré reposo, calor y buen cobijo.

Y aunque volvió la vida con fuerza una mañana,
ya no encontré las llaves que abrieran mi escondrijo
y me quedé a mirarla pasar tras la ventana.