Creo que al fin te entiendo:
me quieres a tu lado,
pero mudo en el fondo,
pero ciego en la forma,
pero sordo a la dulce
melodía del amor.
Me quieres a tu lado
sin oír más "te quiero",
sin palabras hermosas,
sin cruzar la frontera
que lleva al corazón.
Creo que al fin comprendo
tanto cruel silencio,
tantas idas y vueltas,
tanto tiempo empleado
en deshojar la flor.
Quisieras no quererme,
ni que yo te quisiera;
quieres verme y no verme,
tenerme y no tenerme,
que te hable con palabras
vacías, sin color,
estériles palabras:
ni frío ni calor...
...pero eso es imposible,
eso es tan imposible
como decirle al viento
que no bese la flor,
como decirle al río
que no busque la mar,
como decirle al mundo
que se oculte del sol.
No hay nada más absurdo
que, amando, pretendamos
ignorar el amor.