sábado, 22 de octubre de 2022

El beso que no te di

 

No suelo yo partir con un adiós.

Sólo dije: "Hasta pronto"

Pero no te moviste de mi lado.


Caía mansa la lluvia

mojando mi inquietud

y tu silencio.


Y allí, en la oscuridad,

a la vuelta del mundo,

respirando tu aliento,

fueron tantas las ganas de besarte,

fue tan fuerte el deseo,

que, al fin, no te besé.


(Siempre fui un tipo ducho

en matar los impulsos

y en revivir los miedos)


Y ese beso frustrado

se lo guardó la noche

para ella,

en su cajón de risas y de estrellas...


Y desde entonces,

cada vez que te pienso,

como ahora,

la noche me recuerda

que la única dueña de aquel beso

es ella y solo ella…

 

Que se lo regalamos,

a la vez,

mi enferma timidez

y mis temores necios.

 

¿Puede ser que ese beso que entonces no te di

duela más que los otros, los que después he dado?


Puede ser.

Yo lo sé.

Me sigue como sombra dondequiera que voy,

como un negro fantasma noctámbulo y helado.


Ese beso que entonces no te di

es ya parte de mí...

 

¡Imposible olvidarlo!