miércoles, 16 de diciembre de 2020

INFANCIA: Invierno

                                                                                                                                                                    

                                                                                            "Afuera, ruge el invierno.
                                                                      El viento llama con furia
                                                                      golpeando en el cristal.
                                                                      Dentro, yo, solo, decrépito,
                                                                      llorando tu larga ausencia
                                                                       y añorando aquel verano
                                                                       en que me enseñaste a amar."

                                

Silencioso y somnoliento
pasaba el pueblo el invierno.
Tras un camisón de niebla
se adivinaban cual senos
juveniles y redondos
las siluetas de los cerros.
Finas sábanas de hielo
cubrían los campos desiertos
y mil vidrieras de escarcha
sobre los charcos sedientos.
 

Cada frío anochecer
se impregnaba todo el pueblo
de un ambiente ahumado y cálido:
olor a jara y escoba,
a retama y a tomillo.
Decenas de chimeneas
lanzando al aire, al unísono,
columnas de blanco humo...
¡una lumbre en cada hogar
para combatir el frío!


Era otra luna la Luna
llegando la Navidad.
Era otro el aire y,
el cielo,
se adornaba con estrellas
que no había visto jamás.

¡Ternura en el corazón...!
Junto al calor del hogar,
historias dulces y cándidas
de antaño...por Navidad.


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Y en San Antón, la tambora,
la cochina, la cucaña...
Por San Blas, vaca romera
y refajos de serranas
que giraban y giraban
con brillos de lentejuelas.
En febrero, el carnaval:
(¡Prohibidas las caretas!
¡Sólo las podrán llevar
los que ya las tienen puestas:
los grandes especialistas
en ocultar la verdad.
Para el pueblo, prohibidas
las caretas, las protestas,
los cánticos y el pensar...!)


 Y nosotros,en la calle...

                 ¡sólo jugar y jugar!
                Despreciando el viento helado
                de las tardes de diciembre,
                parando el reloj del tiempo
                e inventando libertad...

 

sábado, 5 de diciembre de 2020

Heterodoxo

                  

Tal vez no todo sea tan sencillo
en este mundo nuestro de amantes preceptivos
y, bajo la obviedad de la simpleza,
nos espere dormido cualquier duende sin alma
de esos que juguetean con el destino
de los pobres mortales
que creen que el amor consiste en copular
una vez por semana
equiparando amor con subsistencia.
 
Quizás lo que hoy es luz serena y fascinante,
se vuelva oscuridad
cualquier sábado de estos
y entonces, esos equilibrados besos nuestros,
tan tuyos y tan míos,
sin otra opción posible,
se pierdan río abajo de la vida
en busca de otras bocas más ardientes.
 
O quien sabe, quizás
cualquier tarde de estío,
de las que se eternizan bajo un sol sofocante,
nos sumerjamos sin apenas quererlo
en unos ojos grandes y serenos
de promesas azules
tan solo por nadar en aguas menos mansas,
más frescas y excitantes.
 
Y es que el amor perfecto es utopía
pero también veneno
inyectado en los yermos corazones
que aborrecen la negra soledad.
Amar, sí, con el alma en cada encuentro.
Pero siempre pensando que a este mundo
si hay algo que lo viste de colores
es su cautivadora variedad.