y su aliento frío se coló en mi alcoba.
Afuera,la lluvia,
con su taconeo de joven gitana,
me trajo las notas de aquella marimba
-soñada,lejana-
que una noche aciaga,
entre los escombros,
regaló a la luna compases con alma.
Me trajo esta lluvia
el vivo "recuerdo" de otra lluvia cálida
de allende los mares:
de allende los mares:
tórrido aguacero que en húmedo abrazo
seduce a la fronda para engendrar vida.
Y,tras el romance,
la selva se pone su vestido verde
seduce a la fronda para engendrar vida.
Y,tras el romance,
la selva se pone su vestido verde
con lunares rojos,azules y gualdos
de mil guacamayos entre la enramada.
Hoy,el triste día
vino con aromas de fragantes cedros,
de ceibas sagrados,
de nobles caobas que,
tras la tormenta,
impregnan el aire de una tierra mágica,
morada de dioses,
primavera eterna.
primavera eterna.
Más tarde,la lluvia
se tornó suave,fina,reposada...
Ya sólo quedó flotando en la estancia
un único aroma:
la suave fragancia de tu piel mojada.
© Jerónimo.Septiembre 2011
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