sábado, 13 de noviembre de 2021

VENCIDOS

 


(Después de leer "La voz dormida" de

Dulce Chacón)

 

 

Les contaron que otro mundo mejor era posible,

un mundo donde el único rey se llamaba justicia.

Y acudieron en masa a proclamarse 

súbditos obedientes.

Y, tal vez porque un cuello doblado 

por siglos de opresión y tiranía 

termina por doler,

reclamaron con prisas excesivas 

el derecho a mirar a los demás 

de frente y a los ojos.

O quizás no supieron comprender 

en toda su sintaxis

la razón de la palabra libertad,

puede que por la falta de costumbre.

Y tiraron por la calle de en medio

y abrazaron la fe que no tenían

para romper con rabia las cadenas 

de siglos de miseria...

Y en cuestión de segundos comprendieron 

que ya no era posible el retroceso.

Y tal vez porque el hambre nunca espera

 o quizás por exceso de confianza,

no midieron las fuerzas.

Y antes de tan siquiera comenzar a probar

las primeras mieles del triunfo,

sintieron en sus carnes de nuevo la derrota.

 

Y regresó la triste oscuridad de los vencidos.

Y de nuevo inclinaron la cabeza 

ante el imperio de la cruz y la espada.

Ante los que pactaron con un dios a medida,

el ficticio lavado de sus sucias conciencias       

una vez por semana, en misa de domingo.

Los mismos que impusieron todavía

cuarenta años más de opresión y miseria 

a esta tierra baldía de equidad,

a esta dispar, sufrida y enfrentada nación.