Estábamos tan solos,
tan faltos de calor,
que una gélida tarde decidimos
–cada uno por su lado-
ir en busca de soles amarillos
por el cielo irreal de las palabras.
Y entre nubes de versos se encontraron
los tuyos y los míos.
Y cual fino aguijón,
tus palabras de azúcar
punzaron las paredes de mis venas
y penetraron en el lento fluir de mi sangre ya espesa.
Y, como suave lluvia de noviembre,
empaparon mi reseca y escuálida ilusión
logrando que brotaran algunos brotes verdes,
recuerdos de olvidadas, lejanas
primaveras.
Lograste derruir con versos de cristal
las maltrechas defensas de mi mundo,
casi ruinoso ya,
tras una de las últimas batallas por la vida.
Mas después,
sin razón aparente,
otra tarde de final del verano,
te llevaste contigo la poesía.
Y todos los poemas,
los tuyos y los míos,
se perdieron
entre la confusión y el desconcierto
del cambio de estación.
Y me quedé con ganas de saber
de qué color sería tu amor en el otoño.
Y solo me dejaste,
danzando entre las hojas viajeras a la nada,
la dulzura infinita de tus versos de miel,
el penetrante aroma de tu tenaz recuerdo
y el profundo silencio de mis noches sin ti.
Ah Joaquín...me llevaste a esos días en que buscaba mis propios soles amarillos amigo. Nunca lo olvidaré, por aquello de que lo que no llega a ser, nunca dejamos de añorarlo. Los días de dolerme los dedos y el alma de escribir. Precioso poema, como todo lo que siempre escribes poeta. Millón de abrazos azules para vos.
ResponderEliminarEscribir cura,Lyli. Tú lo sabes y yo lo sé, aunque a veces ni eso sea suficiente para calmar nuestro desasosiego. No dejes nunca de escribir, cuando lo hacemos nos acercamos a los demás aunque estén a miles de kms. como es nuestro caso.
EliminarAbrazote y que tengas la mejor de las semanas.
Hermoso y triste poema. Me llega ese final..... Saludos amigo Joaquin.
ResponderEliminarGracias Sandra. Saludos cordiales.
EliminarRecuerdos con resabios dulceamargos que pese al paso del tiempo y al compás de las estaciones ora reverdecer otra amarillean haciendo raíces en el corazón.
ResponderEliminarAbrazo grande, mi querido Joaquín.
Ora reverdecen, ora amarillean...
ResponderEliminarQuise escribir.
Así es, la raíz sigue ahí bien profunda a pesar del paso del tiempo.
EliminarGracias por tu presencia querida Eva.
Abrazos.
¡Un gran poema repleto de sensibilidad!
ResponderEliminarSaludos
Me alegra saber que te gustó, Rosa Mª. Gracias por tu lectura.
EliminarDelicado y exquisito poema, Joaquín.
ResponderEliminarManejas la metáfora, la imagen y la palabra. Pura poesía.
No supo de qué color sería su amor en otoño, pero dejó un poema delicioso, que, aunque con historia incompleta, le revivió.
Un abrazo grande con mi admiración.
Gracias Verónica,celebro que que te haya gustado. Abrazos en la distancia.
EliminarQué precioso poema, Joaquín, de amor y pasión y qué elegantes metáforas con las cuatro estaciones.
ResponderEliminarUn abrazo :))
Gracias Gumer, me alegra verte de nuevo por mis escritos. Abrazo.
EliminarExcepcional poema Joaquín. Uno se pregunta, en ocasiones, qué de dónde surgen tan delicadas y naturales palabras. Y si bien te sé capaz de esto y más, la sorpresa, cuando no la admiración siempre se hacen presentes.
ResponderEliminarGran abrazo Joaquín.
Agradezco de veras tu generosidad al comentar mis versos, Ernesto. Pienso que la poesía está presente en todos y cada uno de nosotros, con diferentes formas, pero ahí está. Sacarla de adentro es cuestión de ponerse y poco más.
EliminarAbrazo grande.
Lirismo y sentimiento en estos versos, maestro, JOaquín. Hasta en los papeles de búsqueda de calor, el lirismo se enfrenta a vientos dispersores. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias estimado Carlos por tus palabras y por tu seguimiento a mis ocurrencias poéticas. Te mando un abrazo en la distancia.
EliminarJoaquín, en tus letras nos muestras, como la magia de la poesía es capaz de despertar primaveras en el alma. Esos maravillosos "brotes verdes" que nos renuevan, nos impulsan y nos llenan de vida. Cuando la poesía se va da paso a esa estación nostálgica y triste, que nos produce "sequía en el alma.
ResponderEliminarMi felicitación por tu maestría, que ha sabido unir el sentimiento humano a los ciclos de la naturaleza con hermosas y acertadas metáforas, amigo.
Mi abrazo entrañable y admirado. Feliz mes de enero, Joaquín.
Así es Mª Jesús, la poesía despierta primaveras y endulza inviernos. Gracias por tus palabras de apoyo y cariño. Un abrazo grande, poeta.
EliminarTodo empieza y todo acaba.
ResponderEliminarEl poema lo dice mejor y de forma bella.
Saludos.
Cierto Toro, así es. Nada es eterno.
EliminarGracias por pasarte. Saludos.
Maravilloso poema, Joaquín, lleno de dulces recuerdos y con un final agridulce. El ritmo, el vocabulario... todo perfecto. Un poema muy lírico, que hace suspirar.
ResponderEliminarUn abrazo y felicitaciones
Muchas gracias Maite, celebro que haya sido de tu agrado.
EliminarUn abrazo.
Magnífico poema!!.
ResponderEliminarBellísimas letras.
Un abrazo.
Gracias por tu visita Amalia. Abrazo.
EliminarDesgranado con bellísimas metáforas, todo el poema nos lleva, serenamente, a ese profundo silencio, que cierra el poema con un golpe agudo de emoción (Perfecto para dejar al lector flotando en una honda resonancia...). Luego escucho la preciosa Pavana y cada verso adopta la forma de la música. Emoción completa. Así es tu arte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, poeta
Muchas gracias Maite por tu bello comentario.Celebro que haya sido de tu agrado.Un abrazo.
EliminarMuy hermoso y triste a la vez tu poema, Joaquín. Los versos de ella y los tuyos quedaron igualmente fusionados en tu alma, y nunca se irán de ti. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Ingrid, así es. Un abrazo en la distancia.
EliminarFelicitaciones por tus versos, Joaquín. Un abrazo y salud.
ResponderEliminarGracias Julio- Un abrazo.
Eliminartodo acaba tarde o temprano
ResponderEliminarlos amores de mil años solo quedan en la imaginación
otro abrazote :)
Gracias Elisa. Abrazo.
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