Al bajar del taxi,la emoción le embargaba y no podía sujetar los latidos de su corazón desbocado. Habían pasado dos largos años desde la última vez que estuvo en casa y se moría de ganas de abrazar a su joven esposa. La vida en el ejército había sido muy dura para él. Pero ya terminó todo. Un inoportuno atentado talibán había terminado con su carrera militar y lo había devuelto a la vida civil.
Cuando estuvo ante la puerta, pulsó el timbre con impaciencia. La puerta se abrió enseguida, no hizo falta volver a llamar.Y allí, delante de su excitado cuerpo, apareció ella. Radiante, hermosa. Entró. Arrojó su equipaje en cualquier parte y se abrazó a ella con toda la fuerza que había ido acumulando en estos dos años sin verla. Y así, abrazados, y con sus labios sellando los de ella, avanzaron por el pasillo camino del dormitorio.
Pero al llegar a la puerta de la habitación, se paró en seco. La noche anterior a la partida, allá en Afganistán, les proyectaron la película "El cartero siempre llama dos veces", la de Jack Nicholson y Jessica Lange. Y, aunque ya la había visto antes, volvió a quedar impresionado por la famosa escena de amor sobre la mesa de la cocina.Y recordó que le había dicho al compañero que tenía al lado:
-Lo primero que haré cuando llegue a casa será hacerle el amor a mi chica igual que Nicholson, sobre la mesa de la cocina.
Y hacia allí la empujó sin poder separar sus labios de los de ella que, por cierto, ni tiempo había tenido de decir esta boca es mía.
Entraron en la cocina. Él se separó de ella un segundo y se dirigió a la mesa que estaba llena de platos, tazas, vasos y cubiertos. De un manotazo lo arrojó todo al suelo con gran estrépito y, cogiendo de nuevo a su chica por la cintura, la subió a la mesa y la tendió sobre ella todo lo larga que era.
A continuación, y con la rapidez del rayo, se quitó los pantalones y los arrojó a lo más alto del frigorífico tirando al suelo un jarrón de porcelana que se hizo añicos. Acto seguido y de un ágil salto, se encaramó a la mesa aterrizando sobre el cuerpo, algo magullado ya, de su amada.
Y entonces ocurrió algo inesperado. La mesa comenzó a crujir. Primero se movió hacia un lado. Luego se movió hacia el otro y al final terminó haciendo el mismo ruido que hacen los troncos de los árboles al troncharse por efecto de la sierra. Rotas y desencajadas las patas, la mesa terminó cayendo al suelo de la cocina con un golpe seco y arrastrando con ella a los dos amantes. El gato, capado y sobrado de kilos, que acostumbraba a dormitar bajo la mesa, tuvo el tiempo justo de salir por patas y encaramarse sobre el fregadero desde donde observaba la escena con los ojos como platos sin comprender muy bien qué estaba ocurriendo.
Él, algo frustrado pero aún encima de ella, la miró con atención por primera vez y, en ese mismo momento, palideció y deseó que se lo tragara la tierra...Y como en una película a cámara rápida, volvió a pasar por su cabeza toda la escena del desgraciado atentado que lo había dejado casi ciego y que, según los médicos que lo trataron, le había afectado también al cerebro, sobre todo a las neuronas alojadas en el hipocampo, las responsables de la memoria a medio y largo plazo. Desde ese día, tiene lagunas importantes y olvidos imperdonables.
Sólo acertó a decir "perdón" con un hilo de voz apenas perceptible mientras se apartaba de ella para buscar sus pantalones. Mientras tanto ella, con los ojos muy abiertos, lo miraba sin ser capaz de articular palabra.
Mientras se ponía los pantalones recordó y lo comprendió todo.Y recordó que unos meses atrás su mujer le decía en una carta que se iba a vivir con su madre porque se sentía muy sola en esta casa alquilada.Y fue entonces y solo entonces cuando comprendió que esta ya no era su casa.Y que la mujer que seguía despatarrada en el suelo de la cocina mirándolo incrédula entre trozos de vajilla de porcelana fina y de madera tronchada, no era su mujer sino una desconocida que no había visto en su vida.
Acababa de ponerse los pantalones cuando sonó un portazo y, a continuación, una voz de hombre que con entusiasmo gritaba:
-¡Cariño,ya estoy en casa...!
Joaquín, me ha gustado mucho este divertido relato. Tanta fogosidad le cegó la poca vista que le quedaba tras la guerra de Afganistán. Dejas el final abierto a la sugerencia y una sonrisa en los labios del lector.
ResponderEliminarUn abrazo.
me alegra que te haya gustado Fanny y que te haya hecho sonreír,de eso se trataba...
EliminarGracias.
Abrazos
Uf! Mejor no saber lo que pasó luego.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí,mejor...de hecho no hay prevista segunda parte.
EliminarGracias por venir.
Un abrazo
Entretenido relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael.
EliminarUn abrazo
promete la segunda parte que se va a partir algo más que la mesa
ResponderEliminarSí,está cantado que será así.Mejor dejarla,odio la violencia...:)
EliminarSaludos
Divertido relato. Y en estos tiempos que corren ya nos va bien sonreir, sí señor.
ResponderEliminarQue tenga sun buen fin de semana, Joaquín
Fina
Gracias Fina,me alegra que te sacara una sonrisa.
EliminarUn abrazo
Increíble relato Joaquín, que no deja indiferente a nadie que se precie de sentido común, si bien el desenlace genera una abierta y continuada acción que puede desencadenar en lo imprevisible…
ResponderEliminarUn abrazo
http://dialtri.blogspot.com/2015/06/a-veces.html
Pues ahí lo dejo Dionisio,a la imaginación del lector.
EliminarGracias por venir.
Un abrazo
jejeje lapsus ocurren y mescolanzas varias
ResponderEliminarel relato da para segunda parte y desenlace
ahora que la doña reapareció en escena
...
que poca memoria táctil y olfativa tienen los hombres por Dior!
mira que no reconocer el sabor y olor de su chica
va perdío ese hombre jejeje
o quizá se hizo el perdío jejeje
abrazos copuchentos Joaquín
Jajajaja...el pobre no estaba para distinguir olores y sabores pero quien sabe,a veces el sordo se hace más sordo aún de lo que es cuando le conviene...:)
EliminarLa continuación la dejo para que la imaginación de cada cual la desarrolle.
Abrazos Elisa.
Amigo, con ganas de seguir leyendo más, genial!! Un gran abrazo
ResponderEliminarMe alegra que te gustara Enca.La continuación la escribís vosotros con vuestra imaginación.
EliminarAbrazos
¡¡Qué chasco!! Pobre hombre. Se puede decir un texto cómico, pero a mi me parece al revés: trágico. De cualquier forma un relato muy bien redactado y le diría: redondito.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.D. Pido disculpas por mi ausencia pero he estado un poco liada con el tiempo.
Hasta pronto.
La verdad es que sí,también tiene algo de tragedia el asunto,pero hay saber ver la parte cómica.
EliminarTodos tenemos ausencias en este mundillo Aída,no te preocupes.
Un abrazo
Un estupendo y profundo relato.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias Amalia,me alegro que haya sido de tu agrado.
EliminarAbrazos.
Que buen relato!
ResponderEliminarDinámico, chispeante, divertido y con un final inesperado.
Me encantó Joaquin.
Felicitaciones.
Me alegra saberlo Adriana,para eso lo escribí,para entretener y sacar una sonrisa...
EliminarGracias.
Un abrazo
Oooops!
ResponderEliminarDivertida historia
Abrazos
Gracias Natalia,me alegra saber que te gustó.
EliminarAbrazos
Maestro, entre el fino humor de este relato, implícito el juicio a la guerra, con este hombre con el cerebro enlagunado por las quisicosas bélicas. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarAsí es Carlos,aunque un poco velada,existe esa crítica a la crueldad de la guerra siempre terrible.Gracias por tu atenta lectura,amigo.
EliminarUn fuerte abrazo
gracias Joaquín por tus huellas
ResponderEliminaracá cada vez se usan menos los puntos
en este lado del mapa la palabra las reglas y solo sirven para romperlas
buena jornada abrazos
erratas
ResponderEliminary solo sirven... solo sirven
Entendido Elisa.Muy cierto que hay muchas reglas que nacieron para eso,para romperlas,aunque otras son necesarias para entendernos o para sobrevivir en este loco mundo...
EliminarGracias a ti.
¡¡Muy bueno!!
ResponderEliminarJoaquín, ahora quisiera saber que le dijo al esposo de la mujer...
Un relato simpatico y muy bueno.
mariarosa
Me alegra saber que te ha gustado María Rosa y más sabiendo de tus virtudes como narradora.
EliminarLa continuación la dejo a juicio de la imaginación de cada lector.
Gracias por pasarte y dejar tu valiosa opinión.
Un abrazo
Una historia genial. Divertidísima y muy ingeniosa. ¡Ay, las urgencias...!
ResponderEliminarSaludos cordiales con la sonrisa en los labios.
Sí,hay urgencias que nos juegan malas pasadas...:)
EliminarMe alegra que te haya gustado el relato Isabel.Gracias por llegarte hasta aquí.
Un abrazo
Toma!!!
ResponderEliminar:D
Saludos
Gracias verónica,por la lectura y por tu expresividad...:)
EliminarSaludos.
UFvY final pobre militar ...y vaya con la fiel esposa...jajaja...vale mas no salir de casa ...gracias amigo ha sido muy divertido tu relato...
ResponderEliminarun gran abrazo
Gracias a ti Marina por la lectura.
EliminarAbrazos
Un relato increíble, Besos.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado Amapola.
EliminarAbrazos.
jaja JOAQUÍN! miira que yo soy acelerada y ando con la cabeza siempre a pájaros pero vaaya! tu protagonista arrasando con todo lo que da según entra en casa jajaja no fue impulso, ni arrebato incontrolable, nooo .. muchísimo más fuerte y peor jaja un tornado-ciclón devastador y huracanado. xD! jaja y claro la llevaba tan pegada a la cara mientras la besaba que ni se la podía ver.. jaja ahora a ver que le cuenta la marido cuando vea el estropicio y todo lo demás jaja sabía de tu sensibilidad y de tu compromiso social... a tu imaginación no tenía el gusto de conocerla en todo su apogeo enhorabuena y muchísimo besos jajaja y mira mejor que este cartero no llame dos veces porque tira la casa a bajo jajaja .. gracias por tus palabras tb. en mi casa.. a ver si te contesto prontito... no vaya a ser que entre en tromba como este pobre soldadito ;))
ResponderEliminarYa ves María,cosas de la guerra y, sobre todo, de la abstinencia...puede llegar a ser peor aún que la guerra :)
EliminarGracias a ti por tu simpatía y tu buen humor.
Un fuerte abrazo.
Jajaja, Sr. Galán, aunque no seas un galán de cine, acabas de escribir un nuevo guión que me ha resultado de lo más entretenido leer.
ResponderEliminarEstaba yo pensando que era demasiado trajín y demasiado destrozo aunque fuera su mujer, a mi se me habrían quitado las ganas al pensar todo lo que tenía que recoger después, jajajaja... ¡práctica que es una!...
Muy bueno me ha encantado.
Un abrazo amigo y gracias por tu felicitación.
Ah se me ha olvidado!, me encanta el paisaje de cabecera.
ResponderEliminarTodo producto de esos dos años sin verla,Elda. La abstinencia es muy mala y nos puede convertir en fieras...jajajajaja
EliminarMe alegra que te haya gustado la fotografía de cabecera,la vi muy adecuada para esta estación y para el título del blog.
Te deseo un buen verano.
Abrazos
Una historia que yo he sentido deslizarse de lo cómico a lo trágico y que parece sacada de la misma realidad, esa que a veces se muestra burlona y dura.
ResponderEliminarLa he disfrutado mucho.
Un abrazo
Así es Volarela,también tiene su fondo de tragedia si lo pensamos bien. Y es que las guerras nunca traen nada bueno.
ResponderEliminarGracias por tu lectura y opinión.
Un abrazo
Tiene su ironía, su tristeza, su realidad, su tragedia, y sobre todo un gran ingenio... Un relato muy interesante. Lo he disfrutado.
ResponderEliminarSí,en él hay de todo un poco.Me alegro que te haya gustado Julie.
ResponderEliminarUn abrazo