“Solo cinco cosas tienen un valor
absoluto para el ser humano: el aire, el agua, los alimentos, el medio ambiente
y las otras personas. Todo lo demás tiene un
valor relativo”
Estas nubes oscuras de noviembre,
cargadas más de angustia que de agua, no anuncia alegría precisamente. Son
negros nubarrones que nos miran muy fijos al fondo de los miedos, que presagian
tormentas en el alma. En el alma de todos, cansadas ya de esperas y promesas.
Nos creímos los seres más bizarros,
los más fuertes y audaces del planeta. Y un ser imperceptible, apenas una idea,
nos está derrotando.
Y es ahora, precisamente ahora, cuando echamos de menos los momentos que antes sólo eran simples actos rutinarios sin más importancia ni categoría que la de ser una norma social : la charla ocasional con un vecino amable, unas cañas rodeados de amigos, un paseo por el campo con la familia a la puesta del sol, un beso en la mejilla de la madre, un apretón de manos, un abrazo…Son cosas que teníamos como al margen de nuestros intereses “importantes”. O aquellos que creíamos importantes.
Hemos vivido, prácticamente desde los comienzos de nuestra aventura como especie, con el paso cambiado, con la brújula rota. Caminando sin rumbo por senderos de piedras puntiagudas, por campos minados, siguiendo las rutas más intrincadas para llegar a no se sabe dónde. Hemos vivido al margen de la vida, matando nuestros sueños inocentes, aquellos que nacieron con nosotros, en el camino hacia una supuesta cima de cartón piedra, la del poder y la riqueza. Corriendo como locos en busca de una felicidad eterna pero imposible y frustrante por estar vacía de contenido. Hemos equivocado nuestros pasos huyendo de lo simple, por creer que era lo inútil. Viviendo sin saber qué era vivir. Amando sin creer en el amor. Riendo sin motivos, sin amar nuestra risa. Llorando en los rincones más oscuros por vergüenza a mostrar nuestros sentimientos. Hemos quemado un tiempo tan precioso en hogueras sin llamas, que apenas queda ya ilusión alguna que nos haga seguir. Somos, en resumen, un flagrante fracaso como especie.
Ojalá que, tras esta extraña guerra
contra un enemigo invisible como es el virus, nos demos todos cuenta de que
vivir es algo más simple de lo creíamos, más cercano y sencillo. Ojalá que
aprendamos a apreciar el valor de todo lo que importa de verdad. De la lluvia
serena y silenciosa cuando riega los campos. Del aire limpio y puro que llena de salud nuestros pulmones . Del
sol que, en las mañanas gélidas de invierno, calienta nuestra piel desnuda. De
esa luz portentosa del verano iluminando el mundo. Del cielo azul turquesa en las tardes serenas de
la primavera. De esa luna redonda, de cercana belleza, alumbrado la noche. De
los ojos de un anciano cuando recibe un gesto de cariño. De la risa de un niño
cuando es libre y feliz. De cada amanecer, un regalo diario de la vida , tal
vez el más valioso de todos los regalos…Ojalá.
Ojalá sea así, Joaquín, y logremos recuperar todas esas pequeñasgrandes cosas que realmente son lo que importa. Ojalá, aún estemos a tiempo y, al menos, todo esto, nos sirva para darnos cuenta.
ResponderEliminarMe identifico con todo lo que dices de una manera tan clara y bonita.
Un fuerte abrazo.
Creo Carmela que nuestras desgracias como especie comenzaron cuando empezamos a perder de vista estas cosas sencillas y que un día nefasto las cambiamos por quimeras cuyo único valor real es el brillo de oropel que nos deslumbró y nos sigue deslumbrando.
EliminarGracias por pasarte.
No cabría negarte razón, amigo, en la exposición que haces de una realidad que embarga a esta humanidad.
ResponderEliminarY es cierto también que muchos han/hemos caminado sin rumbo concreto y por caminos difíciles, sin meta definida…
Dices que “hemos equivocado nuestros pasos huyendo de lo simple por considerarlo inútil.” Puede parecerlo…
Y que “Somos, en resumen, un flagrante fracaso como especie.” Tal vez…
Tal vez tienes razón en todo lo que expones aquí y ahora! ¡Ahora!
¿Pero que es realmente el “ahora”?
El “ahora” es, hoy y aquí, un punto de llegada, y de partida! El final de un camino, a cada instante, y la posibilidad de iniciar otro. Diametralmente opuesto incluso. Y por ello no cabría, Joaquín, lamentar lo pasado, o encadenarse a ello como una maldición sin remedio.
El cambio, la lección aprendida, el abandono de lo inútil está siempre, a cada instante, al alcance de la mano.
Pero no lo hará la humanidad como un todo! Sino cada uno individualmente.
Ese es el Camino. La razón de ser… en este mundo. La escuela donde aprender, trascender… ¡Llegar a ser!
Y sino, repetir curso. Y en esto somos, como humanidad en su conjunto, permítaseme la licencia con cierta ironía, ¡cum laude!
De tu texto, profundo y bien explicado, solo rescataré una frase con sentido puramente poético y “humano”. Ya que no siempre lo “humano” define o contiene la Realidad:
“De los ojos de un anciano cuando recibe un gesto de cariño.”
Gran abrazo Joaquín.
"El “ahora” es, hoy y aquí, un punto de llegada, y de partida! El final de un camino, a cada instante, y la posibilidad de iniciar otro. Diametralmente opuesto incluso"
EliminarEsto que dices hay que reconocer que suena muy bien pero el problema es que se ha dicho ya demasiadas veces a lo largo de los siglos y me temo que de poco ha servido.Reconozco igualmente que no todo es nefasto a estas alturas de nuestra historia como especie,que hemos vencido a enfermedades y hemos avanzado en hacer más cómoda la vida. Pero pienso que seguimos anclado en el mismo sitio en cuanto a lo esencial que es vivir plenamente respetando nuestro hábitat con todo lo que ello implica.
En cuanto a esta otra frase tuya "Pero no lo hará la humanidad como un todo! Sino cada uno individualmente" pienso que no es posible actuar de forma individual en este mundo globalizado donde todos dependemos de todos,de ahí mi pesimismo.
Gracias por pasarte y dejar tus valiosas reflexiones en mi blog, Ernesto. Siempre son de agradecer.
Abrazo
Tenemos la mala costumbre de no apreciar lo cotidiano y a menudo nos olvidamos de que en la sencillez suele estar la felicidad. Todos los sentimientos son bellos ¿por qué no habría de ser así? pero por alguna razón los hemos catalogado y dictaminado cuáles son más aceptables socialmente, otro despropósito más.
ResponderEliminarPero las personas tenemos la capacidad de reinventarnos, una y otra vez, y los tiempos convulsos pueden servir para ver que a veces hay que desaprender, deshacer el camino andado y empezar una senda nueva. Ojalá sea así, me uno a tu deseo.
Un besito y un gran abrazo Joaquín.
Qué bonita la canción, preciosa
EliminarHace poco leí una cita (no recuerdo el autor) que tiene relación con lo que dices: "Triunfar en la vida no tiene nada que ver con el éxito o la riqueza,sino con el hecho de haber aprendido a levantarte cada vez que llega la caída".Y así es,hay que aprender a reiniciarse,es la última esperanza que nos queda.
EliminarGracias Ana.
HERMOSO MENSAJE.
ResponderEliminarCada palabra es real, no hemos tomado la vida con la simplicidad que contiene, pero estamos a tiempo de disfrutar lo simple. Bella la canción que nos dejas, muchos cantantes la han grabado, pero ninguno como Mercedes le ha sabido dar la emoción que llega al corazón.
Un abrazo.
Muy de acuerdo contigo,mariarosa. Nadie ha interpretado esta bella canción como Mercedes Sosa,una cantautora con garra y a la vez,capaz de emocionar.
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo
Las cosas sencillas siempre dan felicidad.
ResponderEliminarEsperemos que pronto podamos recuperar todo aquello que nos hacía disfrutar de la vida.
Bonita canción para acompañar tus buenas letras.
Un abrazo.
Esperemos que ese día llegue Amalia,el mundo será un lugar mucho mejor de lo que es ahora.
EliminarGracias por dejar tu huella.
Si, Joaquín. Si algo bueno ha tenido esta pandemia es que, hemos reflexionado sobre los valores, que teníamos olvidados. La naturaleza ha vuelto a tener su lugar y su respeto, las muestras de cariño, los sentimientos y las personas que nos rodean. Ojalá verdaderamente sirva para que todos nos volvamos más humanos, Joaquín.
ResponderEliminarMi felicitación por tu claridad y profundidad, amigo.
Y mi abrazo otoñal, por supuesto.
ResponderEliminarCierto Mª Jesús,tiempo para reflexionar no nos ha faltado y algunos lo hemos aprovechado,supongo que precisamente los que más reflexionábamos ya sobre el asunto,pero nunca viene mal replantearnos las cosas :)
EliminarGracias por tu presencia,siempre de agradecer.
Y mi abrazo de vuelta.
Me gusta mucho como has plasmado el texto situado en un lugar de reencuentro con uno mismo y esperanzador. Dejar de lamentarse por lo que sucede y re-valorizar este momento, quizás hacernos algunas preguntas, como por ejemplo:" Que es lo que nos enseña todo esto? "Qué nos olvidamos de aprender? nuestra acelerada vida cotidiana hace que no disfrutemos ni valoricemos aquello que tenemos al alcance de la mano todos los dias, como abrir una ventana y deternernos a observar el color del cielo, que nunca es igual al de ayer, o al de hace un rato, ver el nacimiento de una flor, detenernos a disfrutar del mismo silencio dentro de nuestra habitual voragine, leer algo interesante, escuchar una buena musica, y porque no, escuchar a nuestros afectos, ya que muchas veces n o tenemos tiempos de "escucha". Siento que hay mucho por cambiar y que con toda la tristeza que la pandemia y las perdidas humanas ocasionan, sin duda, también estamos frente a un terrible interrogante, acerca de como era nuestra vida antes, y que priorizábamos en ella. Gracias por este aporte valioso y reflexivo Joaquin.
ResponderEliminarGracias a ti,Eli por tu presencia y tus palabras,muy en consonancia con mi texto. Creo que este periodo lo vamos a recordar siempre,eso sin duda,pero no solo como algo terrible -que lo es- sino también como el año en que comenzamos a hacernos preguntas que tal vez antes no nos habíamos hecho aún.Preguntas esenciales para ser mejores personas cada día.
EliminarUn abrazo
Ojalá me equivoque y aprendamos algo.
ResponderEliminarPero yo no apostaría por ello.
Saludos.
Ojalá Toro.Yo también soy pesimista al respecto,aunque nunca hay que perder la esperanza en un mundo más humano,más justo y más sencillo.
EliminarSaludos otoñales.
Bien lo dices, maestro Joaquín, enredamos, complicamos la vida, la hicimos una red, u laberinto donde perdimos el hilo de Ariadna. Cierto, como se deduce de tu textos, Debemos volver a las cosas simples, cuanta razón de Mercedes Sosa y la poeta Walsh, en canción de Las simples osas. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarAsí es Carlos,hicimos de la vida un laberinto diabólico de donde nos cuesta salir,ese es el quid de la cuestión.Gracias por tu aportación siempre generosa al comentar mis letras.
EliminarUn abrazo en la distancia.
En estos dias todo ha cambiado...
ResponderEliminarUn gusto leerte Joaquín...
Un cálido abrazo.
Gracias Julieta. Un abrazo.
EliminarNo conocía esta canción, tan íntima y hermosa, de esta enorme artista que es Mercedes Sosa. Gracias por aportarmela. No creo como algunos de tus comentaritas, Joaquín, que nada haya cambiado; seguimos siendo la "raza humana". Antes al contrario creo que como especie animal estamos en fase evolutiva; nuestra componente espiritual está todavía desarrollándose. Si no, no puede explicarse tanto dislate, tanta crueldad, tanto alejamiento de lo que nosotros mismos nos hemos definido como humano. No conozco, tampoco, el poema de Pavese que cita Mercedes (hay tantísimas cosas que no conozco) pero sí uno de Carlos Bousoña: "Vosotras, mis pequeñas fraternas cosas tristes..." Yo lo repliqué (ignorante atrevimiento) con otro poema que publiqué en mi foro habitual: "Mis pequeñas cosas cotidianas" (Ante una naturaleza muerta de Giorgio Morandi)" Y es que, en definitiva, ciertas personas, seres apesar de todo humanos, sólo podemos abrevar en esos pequeños recipientes de sencillo barro en los que el agua que nos llega es más límpida, más clara y fresca, más alimenticia para el alma.
ResponderEliminarUn abrazo, Joaquín. Se demora el día de nuestro prometido encuentro ante unos vasos de pitarra, pero confío en que llegue.
Hola Miguel. Me he alegrado al ver tu comentario. En él se aprecia que tienes una visión mucho más optimista que la mía sobre el futuro de la humanidad y puede que tengas razón,que seamos una especie aún en periodo de evolución y que vamos a mejor. Yo soy más pesimista al respecto. Es cierto que llevamos poco tiempo en este planeta como especie pero,al contrario que las demás,nosotros tenemos algo que las otras especies no poseen,una inteligencia que debería habernos servido para hacer que ese tiempo hubiera sido suficiente para alcanzar nuestra plenitud como especie y, sin embargo,la hemos utilizado más para destruir que para construir,más para odiar que para amar y ayudar. Por esa razón creo que no tenemos remedio.Ni tú ni yo veremos el resultado,pero ojalá que sea tu teoría la que triunfe por el bien de todos nuestros descendientes.
EliminarEn cuanto a ese vino pendiente en nuestro Cáceres querido seguro que llegará.Eso sí,vete olvidando del pitarra,el auténtico solo existe ya en pequeñas viñas locales y sus dueños no están muy dispuestos a venderlo,prefieren el autoconsumo y con muy buena lógica,yo haría lo mismo.
Pero sí tenemos los caldos de la Tierra de Barro con denominación de origen Vega del Guadiana o los Habla de la zona de Trujillo que son vinos excelentes.Así que por eso no te desanimes y ya puedes ir haciendo las maletas :)
ResponderEliminarContigo en todo: en lo que dices, en como lo dices y en toda la verdad y belleza que encierra.
Abrazo.
Gracias Socorro.Abrazo.
EliminarTu entrada da para pensar seriamente en cómo hemos vivido de aquí para atrás y la incógnita es ¿Cómo viviremos de ahora en adelante?.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por pasarte,Conchi. Abrazo
EliminarNi una palabra que añadir ni quitar. Es así, tal cual escribes. Ojalá despierte en nosotros esa lucidez que nos hace tanta falta y que parece que a muchos cuesta conseguir... Salud, Joaquín.
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