Hubo un tiempo con magia
en que el mundo cabía en nuestro barrio
y todo el universo en nuestra risa.
Y era tal la inocencia,
que cualquier novedad era un asombro
y cualquier ocasión, una proeza.
Entonces la existencia
se llamaba ilusión
y, al igual que los ríos en primavera,
llegaba cada día tan crecida,
que anegaba las áridas riberas de la tarde
de juegos infinitos y de risas.
Eran risas por siempre a flor de boca,
manando a borbotones
ante un mínimo guiño de la vida.
Hubo un tiempo sin tiempo,
sólo un breve suspiro
pero, fue tan intenso,
que asentó para siempre los cimientos
del frágil edificio que habitamos después.
La infancia es una fábula,
un paisaje de ensueño sin tinieblas,
una gran aventura cada día.
La infancia es un tesoro
que enterramos un día bajo el lodo
de las falsas promesas de futuro
tras arrojar el mapa
al insaciable fuego del olvido.
La infancia es un regalo de la vida
que sólo valoramos al final del camino,
cuando ya divisamos el abismo.
Sí, ahora en el abismo me acuerdo mucho de mi niñez.
ResponderEliminarSaludos.
Dicen que nos volvemos otra vez niños y debe de ser verdad.
EliminarSaludos Toro.
La nostalgia es de los sentimientos humanos, el que más nos golpea, porque no habla de algo que hemos perdido, y que nos hacía felices. ESo se siente con su poema, maestro. Haber perdido un edén, al dejar de ser niños, paraiso que su poesía recuerda desde las emociones más sentidas y las sinestesias que nos devuelven a este tiempo dolidamente, poqrque ya no lo volveremos a vivir. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias Carlos. Fuerte abrazo, poeta.
EliminarTotalmente cierto, mi querido JOAQUÍN, precioo este canto a la felicidad de la infancia, pero no ocurre solo con la infancia, que mientras la vivimos no nos damos cuenta de la cantidad de instántes mágicos que se van atesorando. Creo que uno de los grandes problemas que tenemos los humanos es precisamente que somos concientes de que hemos sido felices, sieeempre a toro pasado, quiero decir, mientras estas siendo feliz no nos enteramos, y solo somos conscientes cuando los recordamos y por eso solemos vivir eternamente añorando el pasado, sin darnos cuenta que cada día puede ser una oportunidad para disfrutar de "eso" que está ahí para ser vivido y disfrutado en presente, es como la gente que idealiza un amor del pasado, a veces es cierto que la persona merecía toda esa devoción que se proyecta a lo largo de la vida, sin embargo, mi sensción es que la inmensa mayoría de las veces de lo que seguimos enamorados es de cómo nos sentíamos entonces, esa sensación es lo que recordamos, mucho más cuando por lo que sea no estamos bien... somos un revoltijo de sensaciones, emociones y en esa vorágine es complicado diferenciar lo que nos las producen, sea como sea esto que has escrito recuerda un momento precioso de nuestra vida, aunque te voy a confesar algo, yo fui una niña muy feliz, sin embargo jamás olvidaré lo mla que me sentí cuando con 14 años pasé del colegio al instituto, 1º de BUP, me sentía una absoluta marciana en le mundo siempre he sido muy infantil y recuerdo que no podía comprender cómo a mis amigas ya no les apetecía jugar en le patio y se pasaban la vida derretidas por niños, cuchicheando sobre ellos, pasendo en el patio agarradas de brazo como viejitas y yo, que estaba en otra fase, vamos, seguía siendo muy niña, las miraba espantada como si todas estuvieran bajo un encantamiento extraño jajaja en fin, aquel año no se me olvida, después, pero mucho después, un par de años o así más tarde, me entró la tontería a mi tb y ya se me pasó ; )
ResponderEliminarMil gracias por esta preciosidad y muchos besos de pequeñaja a pequeñajo ; )
Muy cierto, nos ocurre con todo, no lo valoramos hasta que lo perdemos, eso es algo que me ha impactado siempre....¿por qué somos así de torpes? Claro que también es cierto que al cabo del tiempo solemos idealizar los recuerdos quedándonos solo con los buenos elevados al cubo :) "Semos asina", que decimos por Extremadura.
EliminarGracias María. Fuerte y caluroso abrazo (esto último, en todos los sentidos)
Otro que ha ido al spam.
ResponderEliminarSolucionado. Aunque sigo sin saber por qué te ocurre solo a ti y a menudo.
EliminarCertero poema amigo.
ResponderEliminarEn cada una de tus expresiones... Ya luego el arte de exponerlas, ¡poeta!
Abrazos Joaquín.
Agradecido Ernesto por tus impresiones. Abrazo fuerte.
EliminarRecién comenté , pero ni idea que pasó
ResponderEliminarDe todo modos te dejo un abrazo 🤗
Busqué en SPAN y no aparece ningún comentario tuyo, Elisa.
EliminarGracias por pasarte, Un abrazo
¡Comentarios que no aparecen publicados!
EliminarÚltimamente cuando dejas un comentario y le das a publicar, en ocasiones más abajo, a veces no se ve bien, sale una nota que dice: "por error tu comentario no se ha publicado."
¡Una vaina de Blogger!
Cómo resolver:
- abres una nueva pestaña de ese blog.-
- vuelves a pegar tu comentario NO publicado en la otra, y ¡zas! Publicado.-
.- Serán 50€... :))))))
Gracias Ernesto. A mi no me suele pasar, pero sí que está pasando aquí, en mi blog.
EliminarLos 50€, ¿los quieres en cheque o en mano? :))))
Esos recuerdo de la infancia, cada día los tenemos mas a flor de piel, me he emocionado mucho al leer tu poema Joaquín.
ResponderEliminarAbrazos.
Me alegra saberlo, Conchi. Escribimos, entre otras cosas, para llegar a quienes nos nos leen y, si es posible, conseguir que se emocionen.
EliminarUn fuerte abrazo.
La inocencia volaba en brazos de lo que regresaría en alas del recuerdo.
ResponderEliminarBendita infancia!
Preciosidad de poema, querido Poeta.
Un beso, Joaquín.
Gracias Eva. Abrazos.
EliminarCada etapa es única, en lo personal no extraño la infancia , será porque sigo siendo la esencia con experiencia que transita por este planeta 😅😅😅
ResponderEliminarOjalá quede este comentario ya que el otro nunca salió, se perdió entre los pixeles ( blogger hace rato que tiene algunos problemillas)
Abrazo 🤗 y buen finde
Sí, quizás porque no has soltado del todo de la mano a la niña que fuiste.
EliminarEste comentario sí entró. De todas formas me xtraña que lo dudes ya que yo nunca activo la opción "Moderación de comentarios" y salen siempre directos.
Abracito, Elisa.
Hermoso poema. Creo que yo nunca he dejado de ser niña, por eso valoro tanto tus palabras. Gracias por compartir algo tan hermoso. Mi abrazo, admiración y cariño.
ResponderEliminarSentimientos a flor de piel que nos llegan a todos al mirar atrás. Sí, tu niñez ya fábula de fuentes, decía Jorge Guillén.
ResponderEliminarTu palabra nos llega con el sabor entrañable de ese tiempo que no se nos perdió del todo, que sigue llamando a nuestra puerta, que nos entrega la inspiración de un poeta como tú, con su corazón abierto, con sus asonancias perdidas. Eres el héroe que aún cree en el amor aunque le duela.
Un abrazo.