Se marchó tras el viento del otoñouna tarde de sábado con prisasy en los blancos senderos de mi almase dejó un frío manto de hojas muertasque crujían de dolor a cada pasode mis horas vacías sin su risa.Cada noche a través de la ventananoviembre me traía su recuerdo. .Solo el viento me hablaba de su ausenciacon silbos lastimeros de nostalgiaque luego yo vestía de poesía:alimento ficticio para el alma.Aquel otoño fui sólo un fantasmavagando por los múltiples rinconesdonde sus manos exploraron mi espalda,donde sus labios besaron mi tibieza,donde sus ojos, abiertos a la noche,reclamaban de mi absurda indolenciaal menos el calor de la palabra.Se marchó de repente, sin razones,tras la estela de un sueño nuevo y vivollevándose con ella mi silencio,dejándome su risa, su miradaflotando en el vacío de mis noches,grabadas en mi mente a fuego lentopara incendiar las frías madrugadas.
Las estaciones marcan las muescas que deja en el alma el amor, como este de otoño en fuga de desolación. UN poema, bellamente dolorido entre la nostalgia y los recerdos de ella que, se fue sin decir adios, acaso en busca de un nuevo amor? Un abrazo, maestro. Carlos
ResponderEliminar"alimento ficticio para el alma" que hace llevadera la herida.
ResponderEliminarEl poema tiene el dolor de la ausencia; el eco del sentimiento añorado.
Y lo vistes de otoño. No podía ser de otra manera.
En un gran poema, Joaquín.
Abrazos.
Y se marchó y a su barco le llamó Libertad, me acordé de esos versos de Perales, y es que así se nos va el respiro, entre estaciones e ilusiones, a veces dejando mieles otras no, pero pienso que cada se aleja según sus propias.metas , la vidabes un camino y andarlo esnlo que cuenta
ResponderEliminarYa me salió verso 😅😅😅😅
Abracitos de primavera 🌸🌼 desde este lado del mapa 🤗☺️💐
Pura nostalgia en tus versos, ausencia de amo forzada....tus letras cantan doloridas, conozco bien ese sentimiento
ResponderEliminarMe ha gustado leerte
Un abrazo
Es un poema de otoño apenado... cómo no serlo con esos versos que duelen nada más leerlos.
ResponderEliminarSe contagia la tristeza.
Saludos.
¡Bellísimo! Tiene un ritmo que te envuelve y te impregna de su pena profunda... Las metáforas son de una belleza que estremece: esas hojas otoñales que crujen el el alma, ese viento, ese incendio de la madrugada...
ResponderEliminarTu poesía es a la vez sencilla y excelsa, algo que pocos consiguen..
¡Un fuerte abrazo!
Cuanta nostalgia y melancolia hay en tu poema. ¡Precioso!.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias amigos por vuestra generosidad al comentar.
ResponderEliminarFuerte abrazo a todos y cada uno.
Hay quien deja una estela de otoño melancólico tras su marcha.
ResponderEliminarEl silencio se vuelve frío en el alma.
El poema es precioso, Joaquín.
Por cierto, ya lo comenté. Estará vete a saber dónde, que blogger ya hasta los elimina (a mí me ha eliminado hasta respuestas mías en mi blog).
Abrazo.
En efecto Verónica, ya lo habías comentado pero por la razón que sea y que desconozco, algunos comentarios se van directamente a spam y no se publican. De vez en cuando me paso pero a veces se me olvida, como ahora, y hasta que no me lo decís no los buscos. Ya está recuperado (más arriba).
ResponderEliminarGracias por volver y por dejar tus preciosas huellas.
Fuerte abrazo