Extendida sobre el valle,
arropando al riachuelo,
una niebla densa y blanca
se abraza a los chopos viejos.
Por poniente,el horizonte
se tiñe de nubes rojas:
el sol juega al escondite
con las luces y las sombras.
Y el paisaje viene a ser
una dulce alegoría:
todo el campo se sonroja
mientras va muriendo el día.
Hacia el pueblo,por la sierra,
se oyen balidos lejanos
y el don-don de los cencerros
inunda de paz el llano.
Anochece ya.El pastor,
con la mirada perdida,
va cantando madrigales
que arrullan a las encinas.
Y en el cielo,allá en lo alto,
encima del campanario,
tiembla de miedo y de frío
un lucero solitario.
Que preciosidad.
ResponderEliminarDestila paz y tranquilidad.
Me dan ganas de irme a vivir a ese pueblo.
Saludos.
A muchos de nuestros niños de ciudad,esta estampa les sonaría a ciencia ficción porque jamás han visto un rebaño y apenas el campo.
ResponderEliminarLos que ya peinamos canas,sí que recordamos atardeceres como este.
Gracias Toro por tu rápida lectura.Tan rápida que he cambiado algo el poema,no estaba rematado...jajaja
Saludos.
gracias querido y admirado poeta por regalarnos la suprema belleza de tus versos, muchos besinos de esta amiga admiradora que te desea con cariño feliz fin de semana.
ResponderEliminargracias a ti Ozna por tu visita y tu lectura.
ResponderEliminarFeliz fin de semana también para ti.
Un abrazo.
Tus versos se hacen imágenes al leerlos, serenidad y belleza coronan este poema...
ResponderEliminarDelicioso! gracias poeta por compartirlo!
Un abrazo.
Gracias a ti Mónica por tu visita y tu lectura.Celebro que te haya gustado el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
jerónimo,es precioso.
ResponderEliminarMira que leyéndote,me he sentido más Extremeña,aún y eso, que soy medio Extremaña,medio Zamorana.
la foto ideal¡
Besos
Me alegro Mar que te haya hecho sentir más extremeña.Lo cierto es que es un paisaje muy común en Extremadura,al menos antes.Ahora ya hay menos rebaños por los campos cercanos a los pueblos y más en corrales o fincas concretas.
ResponderEliminarYo sigo añorando estas estampas que eran muy frecuentes en mi infancia, en el pueblo.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Indescriptible belleza en estos mágicos versos poblados de imágenes sublimes. Infinitamente bello. Saludos cordiales de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa María- Córdoba - Argentina.
ResponderEliminarUmmm paz de pueblos de nuestro país tan silentes y bellos.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias S.A.D.E. por la visita y por el amable comentario.
ResponderEliminarMe pasaré por vuestro blog a conocerlo.
Saludos.
Hola Estrella.
ResponderEliminarSí,tenemos unos pueblos preciosos que deberíamos visitar más a menudo.En ellos se respira naturaleza...
Gracias por la visita.
Saludos.
bella pintura de un paisaje sereno pleno de belleza. Has mostrado con delicada pluma lo bello que la vida nos deja ver , si sabemos ver. Ese rebaño ese lucero y esas canas que peinamos y nos dan la alegría amigo mío de poder relatar con pluma delicada algo pleno de hermosura.
ResponderEliminarUn abrazo Jerónimo ¡un gusto leerte!
Bello cuadro, Jerónimo, descrito con verdadera maestría. En la tradición de nuestros poemas, con la calma de un ambiente bucólico y teñido de ligera melancolía. Nos trasladas al campo que en la niñez encontrábamos en los libros de texto. Se te agradece que nos produzcas estas tiernas sensciones.
ResponderEliminarUn saludo.
Caray Jero, que bonitos suenan estos versos. Amén te diría para que no perder la imagen de tan bellos versos que he disfrutado haciendo duo con el pastor en su canto, bajo ese bello atardecer.
ResponderEliminarUn regusto leerte.
Abrazos.
Tú lo has dicho María Susana,bellezas naturales que hay que saber ver y apreciar y que no siempre es así.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Un abrazo.
Bueno,en los libros de texto y en la realidad.Yo crecí en un pueblo pequeño y toda mi vida me ha acompañado la imagen de escenas como estas que vi y disfruté cientos de veces.Ahora ya,en la ciudad,es casi imposible.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Elda.Tú,en Madrid pocos atardeceres como este habrás visto.Pero es posible que sí los hayas visto alrededor del lago de Sanabria,.en algunos de los veranos que has pasado por allí.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
hace temblar los luceros, de lo bien que está logrado
ResponderEliminarsaludos J.
Gracias Omar,muy amable.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara.
Saludos.
Preciosa descripción de un atardecer, tienes la capacidad de dibujar con la palabra.
ResponderEliminarMuy bello.
Saludos cordiales.
Hermosas imagenes dibujan tus letras.:)Tu poema es realmente hermoso(:
ResponderEliminarBuen inicio de semana
¡Qué bonito, Jerónimo!.
ResponderEliminar¡Qué preciosidad!.
Pude visualizar ese ocaso, el rebaño,... todo.
Un fuerte abrazo.
Gracias Pluma Roja,me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Rosa por tu visita y tu amable comentario.
ResponderEliminarSaludos.
Eres muy amable Mar,me alegro mucho que te haya evocado todas esas imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso Jerónimo!
ResponderEliminarPura poesía, versos pulidos a la exacta belleza del paisaje que pregonan y, sobre todo, los ojos del poeta, esos ojos capaces de ver y de plasmar tanto lo que ven como aquello que está oculto.
Mi abrazo y mi admiración.
Contigo, compañero del alma, contigo:
María.
María,.no sabes como me alegra tu visita.
ResponderEliminarSi algo tenemos en Extremadura,son paisajes rurales como este,aunque cada vez quedan menos rebaños y el oficio de pastor hace tiempo que dejó de ser rentable...pero eso sí,la niebla y los luceros,siguen estando ahí.
Gracias por tu bello comentario.
Te mando un fuerte abrazo.