Encuentro
Caminaba sin rumbo por entre cenagales
de aguas verdinegras con nenúfares
muertos,
hastiado ya y ahíto del tedioso
domingo,
cuando me di de frente con unos ojos
claros
de un mirar tan sereno como el mar en
la aurora.
Y fueron dos fanales para mi negra
sombra
herida ya de muerte de tanto
restregarme
la llaga lacerante que me dejó una
tarde
de un septiembre sin pájaros bajo las
nubes grises
una niña sin alma que siempre sonreía.
Fue un encuentro casual en una estrecha
calle
de una ciudad antigua nacida en el
Medievo
y empedrada de sueños de frustrados
amantes
que, como yo, sufrieron el dolor del
rechazo
de una esquiva doncella tras la ojival
ventana.
Pero estos ojos garzos de plácida
mirada
consiguieron dar vida al menos un
instante
al cadáver sin sangre que habitaba mi
cuerpo
desde la tarde aciaga en que partió
sin rumbo
con su eterna sonrisa, mi gaviota sin
alma.
Que poema grandioso Joaquin nos dejas en este domingo!
ResponderEliminar.."Pero estos ojos garzos de plácida mirada
consiguieron dar vida al menos un instante
al cadáver sin sangre que habitaba mi cuerpo.." IMPRESIONANTE!
A veces llega alguien que por un instante nos devuelve la vida y la esperanza..
en este nuevo espacio desde donde comparto entradas de todos los blogueros Hoy unas palabras como homenaje general. Gran domingo para ti y tus afectos.
https://eli59elgristambienexiste.blogspot.com/
Bueno tu alma de gaviota vuela bien.
ResponderEliminarBesos.
Todo poema se entreteje en el tiempo
ResponderEliminarAbrazos 😊💐
Maravilloso poema, no importa si fue casual el encuentro, sucedió y dio vida y amor dejando recuerdos que en bellas letras derramas en estos versos. Saludos amigo.
ResponderEliminarEsos ojos deben ser milagrosos.
ResponderEliminarTe resucitaron y alumbraron un bello poema.
Joaquín, me encantó el poema, no sólo por tu excelente narración y cadencia, que nos relata esos dos encuentros tan distintos, tan dispares. Mueves los tiempos de maravilla y sentimos que todo está presente en el tiempo y la magia de las miradas nos mata o nos resucita en un instante. Muy bueno e inspirador, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo admirado y mi ánimo siempre, poeta.
Precioso poema amigo, en forma y tema!
ResponderEliminarAbrazos Joaquín.
PD: Los sonidos de campanas siguen siendo entrañables, ayer y hoy!
Felicitaciones, Joaquín. Abrazo.
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ResponderEliminar...A veces un instante hace el milagro.
Un abrazo, poeta.
Donde y cuando lo esperas, revives.
ResponderEliminarQuiero creerlo, Joaquín.
Nos dejas, una vez más, un poema delicioso. Se agradece leer buena poesía, creo que ya te lo he dicho alguna vez.
Un abrazo enorme.
Bueno, esos encuentros salvíficos, para que el alma no muera, se dan, en el momento que menos esperamos, para aliviarnos un poco el dolor de la distancia o el soslayo. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarPor un instante se iluminó tú vida. Muy hermoso Joaquín.
ResponderEliminarUn abrazo.
Escribes muy lindo Joaquín...me han encantado tus versos, estos, y el poema Madrid también. Tus metáforas son sutiles y llegan al fondo del alma. Te invito cordialmente a mi blog "Joyas de mi alma"...serás bienvenido. Un saludo desde Lima Perú. Ingrid Zetterberg
ResponderEliminarLeo tus letra observo la imagen y hay un cierto vinculo o al menos a mi me lo parece. Muy lindo, me gusto esas metáforas bellas que empleas al describir tanta ternura. Un saludo.
ResponderEliminarBravo, yo como simple alumno de los poetas que sois todos los amigos de Eli, me quedaré hoy con tu... "dar vida al menos un instante al cadáver sin sangre que habitaba mi cuerpo".
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por este blog.