¿Somos seres vulnerables
los de corazón sensible?
Cualquier viento nos empuja
como a barcos sin amarras
por acuosos caminos
hasta el mar de la nostalgia
donde las olas golpean
contra recuerdos que hieren
como filos de navaja.
O cualquier tarde de lluvia
de algún tedioso domingo,
en la hora más sublime,
cualquier triste melodía
que a ráfagas escuchamos,
nos atrapa entre sus notas
como al recuerdo el olvido.
Y si en cada atardecer
del verano nos sentimos
parte del inmenso abrazo
del sol con el horizonte,
frente al lienzo de la tarde,
en nuestra hoguera interior
se abrasan nuestros sentidos.
Mas, cuando el dolor oprime
nuestros pechos malheridos
y el vendaval nos golpea
con mil golpes imprevistos,
somos como las palmeras
que doblan sus tallos finos
tan flexibles, tan sufridos
que no se rompen jamás.
No como los otros árboles
que por ser recios y sólidos
cualquier huracán de invierno
los rompe como a palillos.
¿Puede entonces afirmarse
que somos frágiles seres
los de corazón sensible?
¡No, rotundamente no!
Somos más bien hombres-niños
que al concluir nuestra infancia
no la dejamos atrás:
¡nos la trajimos consigo!
Me deja sin aliento tu poema.
ResponderEliminarBesos.
Agradecido por tu lectura,Amapola.Un abrazo-
EliminarMaestro, Joaquín, este poema que nos habla de la sensibilidad y fragilidad humana, me trajo a la memoria un verso del poema de uno de los mayores bardos de la poesía colombiana, La canción de la vida profunda, de Porfirio Barba Jacob:
ResponderEliminarHay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar."
Gracias, por la sensibilidad de su poema, desde mi cubil colombiano. Carlos
Gracias a ti estimado amigo Carlos por tu bello comentario y por tu seguimiento a mis versos.La poesía no tiene nacionalidad ni fronteras,gracias a dios,por eso los que la amamos somo solo ciudadanos del mundo.
EliminarUn fuerte abrazo
Hola Joaquín, sabes, creo que es uno de los poemas que te he leído, que más me ha llegado al alma. Me parece de una sensibilidad y belleza increíble. Y creo como bien dices al final del poema, que No!! que rotundamente, no!!
ResponderEliminarUn abrazo admirado.
Gracias Carmela por tu generosidad al comentar mis versos.Estoy encantado de que te gusten. Y estamos de acuerdo,rotundamente no,aunque el mundo así lo crea.Sensibilidad y debilidad no tienen por qué ir unidos:ojalá hubiera más de lo primero,entonces lo segundo no tendría ningún sentido.
EliminarUn abrazo,amiga.
Joaquín, nos dejas un poema donde la sensibilidad y la fragilidad se ponen frente a frente. Pero no se reconocen, no sólo porque el hombre-niño permanece con su sensibilidad en el tiempo,como bien dices y expones con maestria, también porque el sentimiento constante es un ejercicio, que ayuda al alma a doblarse y a levantarse, como el junco, adquiriendo así la flexibilidad necesaria para no romperse y aguantar con temple los vendavales.
ResponderEliminarMi felicitación por tu profundidad, tu arte y sensibilidad, amigo poeta.
Mi abrazo entrañable y mi cariño.
Gracias Mª Jesús por llegar hasta el corazón del poema y entenderlo a la perfección. Siempre es de agradecer el contar con amigas y amigos poetas que en cierto modo comprenden y comparten lo que uno escribe.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que hermoso poema, que bella sensibilidad en cada verso amigo. Me llega al alma. Saludos.
ResponderEliminarme alegra que así sea Sandra. Gracias por tu presencia.
Eliminar¡Qué hermoso, pero qué hermoso poema! pues es verdad que nosotros los sensibles, nos hemos traído a ese niño o niña de nuestra infancia, y lo llevaremos por siempre en nuestras almas. Te sigo desde hoy Joaquín para leerte de continuo. Un saludo desde Lima Perú.
ResponderEliminarGracias Ingrid,me alegra saber que fue de tu agrado. Saludos.
EliminarUn claro y determinado poema de una forma de vivir, enfrentar la vida, que a muchos abarca.
ResponderEliminarEsa "vulnerabilidad", capacidad de percibir lo sensible y bello, no siempre tan evidente o a la vista, es una cualidad... Con la que hay que bregar!
Abrazos Joaquín. Un excelente trabajo.
Cierto,siempre hay que bregar con los inconvenientes de cada forma de ser o de sentir,Ernesto. Es otra especie de lucha por la vida.
EliminarGracias por pasarte.
Esa es una hermosa manera de verlo.
ResponderEliminarMe gusta.
Saludos.
Me alegro Toro. Saludos.
EliminarCon extraordinario encanto y elegancia describes al poeta, al artista en general, ése que sufre más, que siente más... pero no por ello es menos fuerte.
ResponderEliminarEn estos lares somos legión, ja, ja, los que decimos ¡No, rotundamente no!
Me encantó...
Un abrazo muy cordial, sonriendo :)
Cierto,somos legión por estos lares auqnue seguimos siendo minoría,por desgracia. Gracias Maite por tu seguimiento a mis versos.
EliminarUn abrazo
ResponderEliminar... traer consigo a la infancia... Eh ahí el misterio, poeta.
Gran abrazo.
El gran misterio,diría yo. Gracias Socorro. Abrazos,poeta.
Eliminarrotundo poma Joaquín , pienso en la reflexión final
ResponderEliminarfelicitaciones
....para los titanes que hay en el espacio , el clima y las fuerzas geológicas de este planeta ....vulnerables somos desde siempre
aunque hay quienes lo olvidan y se juran reyes de la montaña
abracitos y buena semana
Gracias Elisa. Sí,somos vulnerables en manos del destino y de los elementos naturales,pero nunca unos más que otros.
EliminarAbrazo
Toda una reflexión en este gran poema.
ResponderEliminarLa fragilidad y la sensibilidad no tienen que ir necesariamente de la mano, como bien expresas.
El cierre del poema es un clamor, una reivindicación para estos tiempos que, muchas veces, son brutales.
Un abrazo.
Gracias Verónica. Abrazos.
EliminarCreo que es bueno traer la infancia con nosotros, es un poco no olvidar de donde venimos y como fuimos en esos tiempos y así entender un poco al menos el mundo actual, un poco nada más.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias Mariarosa. Abrazos
EliminarQue bellas palabras encierra tu poema Joaquín en la cuales me siento muy identificada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro Conchi. Gracias por pasarte. Abrazos.
EliminarCreo que sí, que somos vulnerables, pero no frágiles (bueno, solo un poco).
ResponderEliminarLos que somos sensibles, lo vivimos todo dos o tres veces más que el resto. Y encima con más intensidad. Tenemos un mundo interior que no todos comprenden y no digo que seamos mejor, somos diferentes.
Hoy en día que todo resulta tan frío y que cualquier delicadeza parece un signo de debilidad...
Besos.
Comparto de principio a fin tu comentario,Laura. Es cierto,nuestra vulnerabilidad es confundida con debilidad cuando no es cierto,la mayoría de las veces no podemos evitar ser así.
EliminarGracias por tu aportación al poema.
Un abrazo
Felicitaciones desde el corazón del hombre-niño. Salud.
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