-I-
Préstame, Juan Ramón, unos días a Platero.
Que quisiera mostrarle esta luna de abril
que asoma su carita arrebolada
por detrás de los pinos.
Esta luna, la misma, que él se bebió una noche
en un cubo de agua con náufragos luceros.
Déjame que le hable de la flor del camino
o del paisaje grana en los atardeceres del
verano.
Que lo baje hasta el río
para que su bocaza de burro asustadizo
se llene de nenúfares azules al beber de sus
aguas cristalinas.
Y para que, a la tarde,
cuando el sol achicharre con sus rayos al
pueblo,
subamos él y yo a lo alto del cerro
a echarnos la siesta
bajo la sombra densa y refrescante
de nuestro amigo, el pino de la Corona.. .
¡Hablé tanto con él cuando a mis quince años
lo descubrí una tarde de otoño
transportando tu espíritu
"nostáljico"!
¡Cómo os echo de menos!
Tú, de negro,
espigado,
con esa barba nazarena de bohemio arrepentido,
cansado ya de viajes y de urbes populosas.
Él, pequeño, rebelde,
todavía un burro-niño,
con ansias de trotar entre las florecillas
que tapizan el prado.
¡Vaya par de poetas soñadores y extraños!
Con la sola presencia de vuestros desvaríos
regresando del campo borrachos de verdores,
asustabais a los niños pobres de Moguer
cuando jugaban a ser mendigos al anochecer
por las últimas callejas del pueblo...
-II-
¡Préstamelo unos días, Juan Ramón!
que quisiera contarle
cómo ha cambiado el mundo desde
entonces.
Le diría, por ejemplo,
que apenas hay ya hombres en los campos.
Que aquellos niños pobres de Moguer,
hace tiempo que dejaron de jugar a
fantasmas
en los anocheceres con niebla del invierno.
Que el coche de las siete ya no pasa,
que ya no trae viajeros hasta el pueblo.
Y, tal vez lo más triste,
que apenas quedan burros,
que casi se extinguieron.
Y es que ya, no los necesitamos.
Porque ahora nuestros burros son mucho más
veloces.
Para llegar los primeros al vacío infinito de
la vida
o a la infinita nada de la muerte.
¡Ay Platero!
Daría cualquier cosa por volver
a mi atormentada adolescencia.
Y pasear contigo
por los blancos caminos de mis eternos
miedos.
Para, al anochecer,
volver de nuevo a casa
sobre tu trote alegre de burrillo asustado, igual
que yo.
Deseando los dos que lleguen cuanto antes
nuestros miedos
a la segura calidez de las primeras callejas
del pueblo.
El mismo pueblo que al amanecer,
bajo la suave caricia de un sol recién nacido,
se transformará en el bello y seguro
paraíso
de los burros miedosos como tú
y de los hombres tristes como yo.
¡Ay Platero!
Sirva este poema como pequeño homenaje a la inmortal obra de Juan Ramón Jiménez que este año cumple cien desde su publicación en 1914.
pues sin duda Juan Ramón estaría feliz con tu poema Joaquín
ResponderEliminares de una ternura avasalladora
felicitaciones, quedó de pelos
de más que te prestaría a Platero a ojos cerrados
recuerdo haber leído Platero y Yo cuando tenía más o menos 10 años
(pufff eso ya hace mil siglos jajajja)
una gozada de trabajo
abrazos y mil gracias por tus palabras
Gracias a ti Elisa.En alguna parte leí que Platero y yo es de lectura obligada en las escuelas de algunos países de latinoamérica. Aquí, en mi época escolar (también hace ya siglos) de una forma u otra también llegaba hasta nosotros su maravillosa prosa poética.Es un librito que transmite paz y ternura por todas sus páginas y de eso el mundo sigue muy necesitado.
EliminarQue tengas un bello día de domingo.
mil gracias Joaquín por tus huellas, en lo sencillo se hallan semillas virtuosas, y este Platero y Yo sin duda sembró en muchos de nosotros porque su cosecha no acaba aún pasen los años
Eliminarabrazos energéticos y buena semana
Narración muy sentida y nostálgica de ese Platero que sigue vivo en el recuerdo de nuestra juventud.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, es ya una obra inmortal.
EliminarGracias Armando por tu presencia.
Abrazos.
Creo que todos pediríamos lo mismo querido amigo y que viniera Platero a nuestros sueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, él nos traería paz, sin duda.
EliminarGracias Rafael.
Que bello homenaje al peludo y algodonado Platero! Encantador tu poema de ese burrito tan simpatico a quien tambien conoci de nina. Que de "nostaljias"
ResponderEliminarUn abrazote Jeronimo!
Las lecturas infantiles se quedan con nosotros para siempre Natalia.Y más si son de las que dejan profunda huella.
EliminarAbrazos.
Preciosos versos los de platero...gracias por tu visita y tu comentario...un gran abrazo
ResponderEliminarMarina
Gracias a ti Marina por tu huella.
EliminarAbrazos.
Que ternura!
ResponderEliminarUn bello homenaje, me trae dulces recuerdos.
...sus ojos dos uvas azabache....
Ay platero cuánto te hemos amado.
Te dejo un inmenso abrazo y mis felicitaciones Jerónimo.
"Platero es pequeño, peludo, suave, tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro..."
EliminarGracias Adriana por dejar tu huella.
Abrazo.
me trajo a la memoria, el pupitre, el cuaderno, el tintero, el olor al guardapolvo almidonado y la voz de la maestra diciendo, "ahora le toca leer a..."
ResponderEliminar¡mieles de la infancia!!
saludos
Me alegra que te trajera recuerdos agradables de la infancia Omar.Creo que son pocos los niños que no han conocido a este burrillo travieso.
EliminarGracias por pasarte.
Precioso homenaje!! Todos quisiéramos que Platero nos acompañara un rato. Cuantos recuerdos vuelven a mi mente…gracias por ello.
ResponderEliminarHermoso!!!!
Cariños….
Me alegra saber que te trajo recuerdos Oriana. Todos llevamos a Platero con nosotros desde aquellas viejas aulas escolares.
EliminarAbrazo.
Un maravilloso homenaje para uno de los grandes.
ResponderEliminarUn libro entrañable que no olvidaré.
Un abrazo
Gracias Amalia, tú lo has dicho, una de las obras más leídas de la literatura española.
EliminarAbrazos.
Precioso homenaje para una gran obra que mucha gente no tiene en sus listas de lectura por considerarla obligada escolar.
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada en particular
Besos
Pues no vendría mal volver a leerla.Es curioso pero yo, que la habré leído unas cinco veces, en cada lectura he descubierto algo nuevo y para nada me resultó aburrida ninguna de las veces.Además puedes empezar a leerla por cualquier capítulo después de la presentación del primero.
EliminarGracias por acercarte hasta la ternura de Platero.
Un abrazo.
Gran homenaje a Juan Ramón Jiménez y su inolvidable Platero...Un despliegue de ternura y maestría en tus versos, amigo. Este año le dedicaremos el recital del verano, ya lo estamos preparando y será un placer...Mi gratitud y mi abrazo inmenso por esta preciosidad que nos dejas y que me ha emocionado, Joaquín.
ResponderEliminarM.Jesús
Espero que ese recital sea todo un éxito, que lo será, seguro, si está dedicado a este entrañable burrito.
EliminarGracias por tus amables palabras María Jesús.
Abrazos y suerte.
Tu poema es preciosos y nos haces recordar nuestra niñez con un libro inolvidable. Beso
ResponderEliminarGracias Hanna, me alegra saber que te trajo recuerdos.
EliminarAbrazos.
Joaquín, me ha encantado esta glosa de "Platero y yo", libro que enterneció a nuestra generación y sigue emocionando a la gente sensible.Cuando voy al campo y encuentro alguno lo fotografío pues son ya vestigios del mundo rural del pasado.
ResponderEliminarNo hay apenas burros tan entrañables como aquel. Pero burros -muy burros- los hay y sufrimos sus burradas.
Un abrazo.
Y que lo digas Fanny, demasiados burros con dos patas a nuestro alrededor.
EliminarNunca entendí como a estos animales se les utiliza como ejemplo de torpeza. En mi casa, de niño, hubo varios y yo nunca vi su torpeza por ninguna parte. Los burros son animales nobles y por lo general obedientes y sufridos, pero nada torpes. Y sí, es una pena que vayan quedando cada vez menos, si no los protegemos, llegarán a desaparecer.
Un abrazo.
Ya lo había leído en el Mono, pero me ha encantado volver a leerlo.
ResponderEliminarPrecioso amigo, con la sutileza de tu esplendida pluma.
Un abrazo.
Sí, ya lo publiqué en Mono y en mi otro blog, pero ahora me pareció adecuado ponerlo aquí para recordar ese aniversario tan redondo de la obra de JRJ.
EliminarGracias Elda por tu presencia y por tus piropos a mi poesía.
Que tengas una bella semana.
¡¡Ay si te leyera Juan Ramón, él también se emocionaría como yo!!
ResponderEliminarFelicitaciones, es un poema bellísimo.
mariarosa
Gracias María Rosa.A mí siempre me inspiró la poesía de Juan Ramón Jiménez,uno de mis favoritos.
EliminarAbrazos
El mwejor homenaje, no podía ser otro que un poema, recurriendo a la figura de Platero...un asno, que se quedó en la historia de la literatura, para enseñarnos un poco a ser. Prestarlos para tus versos de nostalgia, cuando se celebran 100 años de la publicación de la obra significativa de Juan Ramón jiménez: Platero y yo. UN abrazo
ResponderEliminarMe gustó eso de "para enseñarnos un poco a ser" porque es muy cierto. Esta obra nos lleva a explorar nuestro interior, nos despierta los sentimientos dormidos desde la infancia y nos vuelve niños de nuevo por un tiempo.
EliminarGracias Carlos por tu presencia en este humilde homenaje.
Un abrazo.
Amigo, me has emocionado, cuánta sensibilidad, tus palabras hecha poesía rebosan sentimientos!!
EliminarUn abrazo
Me alegra saberlo Enca.Gracias.
EliminarAbrazos.
Como te comprendo querido Jero, y es que yo siento así como tu lo describes.
ResponderEliminarTodo, todo lo daría por ser ese niño que con el libro de "Platero y Yo" bajo el brazo, cruzaba las viñas y campurriales de vuelta a casa para recibir al padre que volvia del trabajo con su burrito al atardecer.
Un abrazo Artistazo.
Es que Platero y yo es un libro que nos reconcilia con nuestra infancia siempre.
EliminarGracias por tu presencia Karras.
Abrazos.
Pedazo homenaje que le haces a uno de los grandes, es precioso,
ResponderEliminartengo pendiente la lectura de este liro, lo compré hace unos años en una feria del libro
con la intención de leerselo a mi hjo y así poder leerlo. Pero resulta que a mi hijo no le gustaba
porque por entonces estaba enganchado a cenicienta jajajaja.Tendré que dejar de buscarme excusas y leermelo a mi misma, porque seguro que es una gran libro.
Un abrazo
No dejes de leerlo Sandra, sin prisas, saboreando cada capítulo.
EliminarJuan Ramón ya dijo en su primera edición que Platero y yo NO es un libro para niños, de ahí que a los niños pequeños no les diga prácticamente nada.Platero hay que leerlo a partir de la adolescencia.
Gracias por venir.
Abrazos.
Precioso tu poema, que además me ha traído recuerdos de mi niñez.
ResponderEliminarMuchos besos
Me alegra que así haya sido Carmen.
EliminarGracias por tu presencia en mis letras.
Abrazos.
Que hermoso texto es Platero y tu poema muy lindo.
ResponderEliminarGracias Boris, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Hola, Jerónimo
ResponderEliminarDefinitivamente el genial Juan Ramón Jiménez nos enamoró a todos con su “Platero” y tú nos has encantado :)
Me fascina leer poemas, pero tú con este homenaje has sobrepasado los límites de lo tangible, has puesto mi sensibilidad a flor de piel; me has hecho llorar. ¡Felicitaciones!
Un fuerte abrazo
No era mi intención hacerte llorar Rud, pero gracias por tus amables palabras y por dejar tu huella.
EliminarAbrazos.
Hermoso homenaje a Juan Ramón. Ojalá, Platero se leyera más en las escuelas... Mi cariño y admiración por tu poesía.
ResponderEliminarEste librito se merece todos los homenajes,es precioso.
EliminarGracias por tu presencia en mis letras.