Lo veo cada mañana
arrastrando los pies por la avenida,
parando en cada banco,
mirando para atrás mientras toma resuello
como llamando al orden
a todos sus recuerdos.
Inseguras y torpes,
sus piernas ya no avanzan como antes,
apenas las levanta ya del suelo,
con trabajo lo llevan
a buscar un rincón soleado este invierno.
Sus ojos ya no miran para ver,
si acaso solo miran por mirar
como pasa la vida por delante
de su gastado cuerpo.
Sus días se suceden como árboles
al lado del camino
desde un tren desbocado.
Monótonos, iguales,
sin un mínimo brillo desde el alba
hasta el oscuro ocaso.
Hace poco, me paré junto a él.
Hablamos de la vida,
del frío, del calor,
de sus sueños lejanos,
de dolencias y achaques,
de la vil soledad...
en fin, de todo un poco.
Al irme, me sonrió.
Y nunca vi sonrisa
más cálida y sincera.
Una mañana fría del último diciembre,
eché a faltar al viejo.
Una ligera brisa desprendía
de los dormidos árboles del parque
las hojas amarillas más tardías.
Brisa que a mi se me antojó lamento
cuando se hizo viento
que enredó su pesar entre las ramas.
Y el viejo ya no vino.
Ni ese día ni el siguiente.
El viento ya sabía
que nunca iba a volver
a buscar su caricia en el verano,
a rehuir su furia en el invierno.
El viento lo sabía.
Se fue a buscar la paz donde los días
dejaran de pasar ante sus ojos
como árboles al lado de la vía.
Allá iremos todos
ResponderEliminarCreo que esa es la única verdad absoluta que existe.
EliminarAbrazos
Tras el otoño llega el invierno...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Gracias Rafael.
EliminarUn abrazo
mi padre es así, apenas camina
ResponderEliminararrastra la vida con cada paso
gusta de dormir mucho y mantener la mente en blanco
super liviano
ha soltado todo
incluso sus miedos y dudas
ya todo le da lo mismo
terminaremos así ?
con ese dejo de apatía por el respiro
o buscaremos insistir
bello recorrido por la vejez Joaquín
algunos ya la pisan otros nos queda aún algo por caminar
abrazos
Creo que cada persona tiene su forma propia de envejecer y pienso que es mejor aquella en que no se le pierde la cara a la vida,al menos hasta el final. Pero llegados a este punto de la vida, cualquier actitud es respetable.De lo que sí estoy seguro es de que todos al final vamos a necesitar más apoyo y cariño que nunca.No hay nada más cruel que un anciano solo al final de su trayecto, totalmente inhumano.
EliminarAbrazos Elisa.
Bonita fotografía del bosque otoñal...
ResponderEliminarAsí es, nuestros mayores se van despacito con sus andares torpes...
mientras otros lo hacen a toda velocidad...
El ciclo de la vida, me gustó...
Un ciclo que nunca se detiene.Gracias Julieta por asomarte a estos paisajes...
EliminarUn abrazo
Hermoso poema Joaquín, me emocionó la imagen, se parece tanto a mi padre que me pareció verlo a él.
ResponderEliminarTal ves el viejo este descansando en un parque del cielo entre sus amigos.
mariarosa
Tal vez, María Rosa, eso por ahora no lo podemos saber,aunque es hermoso imaginarlo...
EliminarGracias por tu presencia.
Emotivo, triste, pero tierno. Ese anciano que nos representa a todos nosotros fue feliz, esa compañía, ese afecto recibido, esa conversación, le hizo sentirse querido, entendio, vivo, valorado, y marchó feliz...
ResponderEliminarQue tengas una linda semana, Joaquin
Fina
Al final de la vida nos volvemos menos exigentes y, al igual que los niños, nos hace feliz casi cualquier cosa.La compañía para estas personas mayores es algo que no tiene precio y el poder dársela debería hacernos felices a todos.
EliminarGracias Fina por dejar tu huella en esta entrada.
Un fuerte abrazo
Has conseguido conmoverme hasta la médula.
ResponderEliminarEs triste la vida cuando ya sólo se espera perderla, más si es en soledad...
Y la soledad se hizo viento soplando la pérdida.
Hermoso y muy emotivo.
Un abrazo.
Me alegra que te haya llegado hondo el poema, Marinel.La vejez es una etapa de la vida por la que (ojalá) pasaremos todos y seguro que por entonces agradeceremos la compañía y la comprensión.Ahora nos toca a nosotros darla.Como bien dices,es una etapa triste pero sobre todo si la viven en soledad...
EliminarUn abrazo
Joaquín, nos dejas un homenaje precioso a la vejez...A esa vejez que se para en el camino a ver pasar la vida y sonríe como un niño...Es bueno pararnos junto a ellos y sentir sus límites, que nos acercan a la humildad, tan necesaria para desapegarnos de lo material y elevar el espíritu.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de luz, amigo.
M.Jesús
Así es María Jesús, el hecho de estar junto a ellos nos hace mejores personas.
EliminarGracias por tus mensajes, siempre luminosos.
Abrazos, amiga.
Es triste pero todos pasaremos por esos años, y qué decir de eso…
ResponderEliminarDicen que la vida te va preparando pero el día a día más de una vez se convierte en tristeza y desesperación a tanta soledad. Hay que vivir de la mejor forma que sepamos, la verdad nos asiste para lograrlo. Una entrada emotiva y bonita. Un abrazo.
Si sentimos a nuestro alrededor el cariño de los nuestros, la vejez será mucho más llevadera, sin duda.Es una etapa más de la vida, aunque sea la última, pero hay que saber asumirla con esperanza y valentía.
EliminarGracias Lola.
Mi querido amigo, llegar al ocaso de nuestra vida es bueno, señal que hemos vivido, si ese anciano que también describe, disfruto tanto como yo al leerte, entonces amigo te puedo asegurar que le mereció vivir... La vida es apasionante y no tenemos que tenerle miedo llegar a la vejez, si sabemos sacar lo mejor que ella nos ofrece. Un cálido abrazo
ResponderEliminarMuy cierto Enca, de nada sirve vivir con miedos.Hay que llegar a la vejez afrontando la vida como lo hemos hecho siempre, al fin y al cabo es una etapa más.Peor es no conocerla...
EliminarAgradezco tu presencia y tus palabras.
Un abrazo
Me ha encantado tu poema de hoy. Yo soy de esas personas que adora estar con gente mayor y que cree firmemente que tienen mucho que contarnos
ResponderEliminarBesos
Por supuesto,tienen toda la experiencia mucha sabiduría,habría que aprovecharla.
EliminarGracias.
Un abrazo
Lo siento, se me olvidó advertírtelo. Mis hijos me han mandado a una residencia, en el otro extremo de la ciudad. El parque me pilla ya demasiado lejos. Además, sopla mucho viento por allí, y me acatarro.
ResponderEliminarEmotivo texto, compañero. Abrazos, siempre
¡Ay,esos hijos,ya les llegará el turno a ellos,ya!
EliminarGracias Amando.
Un abrazo
Muy emotivo tu relato, dotado de una sensibilidad a flor de piel, escrito por alguien que siente, que ama, que vive...un abrazo.
ResponderEliminarGracias Estelas...me alegra saber que te ha llegado.
EliminarAbrazos.
Un verso conmovedor y bellísimo. Muy emocionante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me alegra que te haya gustado Amalia.
EliminarAbrazos.
Qué bello.
ResponderEliminarMe has emocionado.
Besos.
Gracias Amapola.me emociona esa emoción.
EliminarUn abrazo.
Árboles al lado de la vida! ...qué imagen tan bonita, no está mal esa manera de ver discurrir los minutos.. debe ser dura la vejez pero tan real y natural como la juventud o la madurez, cada etapa de la vida tiene sus luces y sus sombras ... si algo me doy cuenta a cada día que pasa es que esos momentos minúsculos que dedicamos a ... a quien sea, viejos, jóvenes, mujeres, niños.. desconocidos conocidos que en un momento nos cruzamos y con los que nos paramos es que volvemos a casa mucho más ricos y felices que cuando salimos... a mi meeencanta charlar con todo el mundo.. lástima de tiempo, si tuviera días de 100 horas .. me pasaría la vida de palique ... me ha gustado mucho tu poema, eres todo sentimiento y sensibilidad, se nota en todo lo que escribes y da igual la edad que tengas, tú no eres viejo... la vejez no va en el DNI, ni siquiera en el cuerpo, va en el cerebro ;)
ResponderEliminarUn beso graaande con todo mi cariño JOAQUÍN.
Por supuesto que no lo soy...aún.Solo se es viejo cuando se tita la toalla ante el dasafío de la vida.
EliminarGracias María por todos tus mensajes en mis entradas,me aportan mucho.
Un fuerte abrazo
Me ha conmovido tu poema relato, Joaquín. Qué triste es la vejez y la soledad que conlleva la mayoría de las veces. Tú lo expones muy bien en tus acertadas letras. Lo defines perfectamente, amigo. Siempre es un placer leerte. Besos. María
ResponderEliminarGracias María,me alegra saber que te ha llegado el poema.Lo peor de la vejez tal vez sea la soledad,es cierto.
EliminarUn fuerte abrazo
Lograste emocionarme, Joaquín, con tu hondo y gran poema. Te felicito.
ResponderEliminarGracias Julie por sentir esa emoción al leerme.
EliminarUn fuerte abrazo
Qué poema tan precioso, tan profundo. Me ha encantado. Ese viento y esos árboles de la vía...
ResponderEliminarUna joya de ternura y hondura.
Un abrazo grande
Me alegra saberlo Volarela.
EliminarAbrazos y feliz semana.
Me has emocionado, por su cercanía, por su triste realidad, y porque todos llegaremos y todos conocemos a algún anciano que deja la vida que pase por delante de sus ojos y se aferra a la soledad. Qué triste toda una vida para terminar así los días.
ResponderEliminarYo espero estar rodeada de renacuajos, mi descendencia, aunque sea de vez en cuando, y así ya no serán todos los días iguales. Creo que hay que prepararse para llegar a esos momentos y que nuestra espiritualidad nos haga sentir en paz y sonreir a cada día que se nos regale, porque en lo más sencillo está lo más grande.
Gran poema Joaquin, un fuerte abrazo
Tienes toda la razón Sandra,lo peor es la soledad en la vejez y hay que procurar evitarla por todos los medios.Rodeada de nietos seguro que ni la sentirás.
EliminarQue tengas una bella semana.
Me entristece ver personas mayores y solitarias por el parque, muchas veces con la mirada perdida en sus recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo amigo Joaquín y feliz semana.
Sí,siempre es triste ver ancianos solos y desvalidos.La sociedad, a menudo, se olvida de ellos....
EliminarGracias por tu presencia Conchi.
un abrazo
Cada vez son más... y más...
ResponderEliminarDesnudos llegamos y así nos iremos.
Somos solos.
Besos, Joaquín.
Verdad Eva,"somos solos"...me encantó la expresión.
EliminarUn fuerte abrazo